Un comisario para Cataluña y un puesto en el BCE: el plan de ERC para irrumpir en la Unión Europea
Un miembro en la Comisión Europea, un asiento en el Consejo de la Unión Europea, hasta 16 eurodiputados en la Eurocámara, un comisario con cartera y hasta un asiento en el Banco Central Europeo. Así será la representación europea de Cataluña, siempre según programa electoral de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) para el próximo 25-M. Aviso a Rajoy
La propuesta de los de Oriol Junqueras analiza como sería si Cataluña se convierte en un nuevo estado de la UE: según ERC, en lugar de ser expulsada de Europa, Cataluña revolucionará las instituciones comunitarias.
"Es impensable que la UE ofrezca a Ucrania sumarse al proyecto europeo y, al mismo tiempo, querer excluir a los europeos de Cataluña con quienes llevan casi 30 años de trabajo conjunto. En un momento de debilidad del europeismo, lo que menos interesa a la UE es perder miembros", argumentan, tal y como recoge El Confidencial.
Octava economía de la UE
La confianza de los republicanos es absoluta: "Los Estados miembros, incluido el español, en defensa de los intereses de sus ciudadanos y sus empresas, serán los primeros interesados en que la República Catalana siga dentro de la UE. Los gobiernos de Estados como Francia, Alemania y el Reino Unido protegerán a sus empresas para que no haya, en ningún momento, ningún vacío legal y que tengan plena continuidad dentro de la UE".
Pero es que, además, ERC no esconde su cofianza y saca pecho. "¿Se expondrán a que sus empresas tengan que pagar aranceles? ¿O que sus trabajadores no se puedan establecer en nuestro país sin trabas? ¿Les interesa que marche un contribuyente neto a las arcas comunitarias? A la UE no le interesa tener una posible Noruega en un territorio del sur del continente que cuenta con un gran potencial económico y comercial y una situación estratégica, que es la octava economía de la Unión y contribuyente neto a sus arcas", plantea con suficiencia.
Presiones de España
En esta línea, ERC asegura que los tratados europeos no contemplan la posibilidad de la independencia catalana y que las valoraciones de la Comisión son políticas, espoleadas por las presiones españoles. Y es que, según esta versión, Cataluña cumple "para seguir formando parte de la UE" y solo habría que negociar aspectos menores, como las cuotas de distribución o la contribución a los presupuestos.