Política

La vida de Adolfo Suárez se apaga "en paz y sin dolor"

    El expresidente español Adolfo Suárez.


    "Es horrible. Lo siento mucho. Es muy triste todo", estas palabras de la Reina doña Sofía, pronunciadas ayer en Guatemala al enterarse de que el hombre que dirigió la Transición está a punto de morir, resumen el sentir de la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles, de cualquier clase y condición, y de muchos otros de todos los países del mundo, donde el reconocimiento a la figura de Adolfo Suárez se ha engrandecido con el tiempo.

    La noticia llegó casi por sorpresa a las redacciones de los medios de comunicación. Adolfo Suárez Illana, el hijo del expresidente, convocaba una rueda de prensa en la clínica Cemtro de Madrid, donde el duque de Suárez, de 81 años de edad y aquejado de Alzheimer desde hace once años, ingresó el pasado lunes.

    Se temía lo peor. Y lo peor se confirmó cuando Suárez Illana, poco antes de romper a llorar, confesaba que "todo nos hace indicar que el desenlace es inminente y puede ser mucho más rápido de lo que creemos". El estado neurológico se había complicado en las últimas horas, por lo que la previsión "no supera las 48 horas", aseguró.

    Un plazo que los servicios médicos, más cautos, no se han atrevido a confirmar y a media tarde se limitaban a señalar que Suárez se encuentra en la primera planta del hospital y a esta hora de la tarde permanece en su habitación, acompañado de sus hijos, hermanos y nietos.

    Se va "apagando" poco a poco, pero permanece en una habitación normal de planta en la clínica y gran parte del tiempo lo pasa sentado, siempre rodeado de su familia, relatan sus familiares, quienes matizan que más que un empeoramiento pronunciado y repentino de su dolencia, lo que se nota es que el expresidente se "apaga" a mayor velocidad que en los días previos.

    Rodeado de sus hijos

    El síntoma más indicativo que perciben de ese deterioro vital es que ya no reclama nada verbalmente, ni siquiera comida ni bebida. Permanece gran parte del tiempo sentado, siempre rodeado de sus hijos, Adolfo, Javier y Sonsoles, y también de su hermano. Está en una habitación normal de planta a la que sólo acceden sus familiares y el personal sanitario que le atiende. Conforme al deseo que expresó en su día el expresidente, su hijo informó en la mañana de ayer tanto al Rey como al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, porque a partir de ahora el final "está en manos de Dios".

    "Se le han "administrado los Santos Sacramentos y está en paz", dijo Suárez Illana, para añadir que médicamente recibirá apoyo "para que no tenga ningún tipo de sufrimiento y dejarle marchar en paz". Y, muy emocionado, comentó que estos últimos días están siendo "felices" para él. "Nos ha regalado más sonrisas quizá que en los últimos cinco años".

    No quiso despedirse el hijo del expresidente sin resaltar la "excepcional" relación de su padre con el Rey Juan Carlos al que, según ha dicho, no tuvo que darle muchas explicaciones, porque Don Juan Carlos ha estado siempre pendiente de la enfermedad "y estos últimos días con más intensidad".

    Gratitud hacia el Rey

    Subrayó la "gratitud absoluta" del expresidente hacia el Rey. "Gracias al Rey mi padre fue presidente del Gobierno, gracias al Rey pudo hacer lo que más le gustaba y en un momento único en la Historia de España", para concluir que "esos dos hombres cambiaron el rumbo de la Historia, podría haber sido de otra manera" antes de repetir unas palabras que don Juan Carlos dijo en una ocasión sobre el expresidente: "Sin su ayuda seguramente España no habría volado nunca ni tan alto ni tan lejos".

    El anuncio de Suárez Illana ha conmocionado, al igual que a la ciudadanía, a toda la clase política española, y los dos grandes partidos, PP y PSOE han condicionado sus actos de precampaña de este fin de semana a la evolución del estado de salud del expresidente.

    El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pidió desde Bruselas, donde asiste al Consejo Europeo "esperar con serenidad el desarrollo de los acontecimientos" sobre la salud de Suárez con el deseo de que "pueda superar esta situación".

    Reacciones

    También el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, que se encontraba en La Rioja, quiso transmitir "su apoyo, el de todos los socialistas y el de todos los españoles" asegurando que, en estos momentos, "estamos profundamente entristecidos".

    Especialmente emotivas fueron las palabras del rector de la Universidad Complutense de Madrid, José Carrillo, hijo del histórico dirigente del PCE Santiago Carrillo, quien calificó al hombre que legalizó al Partido Comunista de "pieza clave en la historia de España" y recordó que la última vez que su padre, fallecido en septiembre de 2012, y Adolfo Suárez se vieron fue a finales de la década de los 90, cuando el expresidente ya tenía los primeros síntomas de la enfermedad. "Tenían una relación de amistad y de respeto mutuo", aseguró.