Magdalena Álvarez, de 'Lady Aviaco' a vicepresidenta del BEI por 23.000 euros mensuales
Este miércoles, la juez Alaya imponía a Magdalena Álvarez una fianza civil de 29,5 millones de euros al entender que se encuentra en el centro del sistema fraudulento de gestión de los ERE de la Junta de Andalucía, durante su cargo de consejera de Economía y Hacienda entre los años 1994 y 2004. Álvarez, conocida con el sobrenombre de 'Lady Aviaco' por el consumo de 444 billetes gratis a nombre de esta compañía, ha ponderado su inocencia desde Luxemburgo, lugar en el que ejerce como vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones, y por el que recibe cerca de 23.000 euros mensuales.
"Antes partía que doblá". La frase corresponde a la que fuera ministra de Fomento de José Luis Rodríguez Zapatero, una política rodeada de desencuentros por sus actuaciones, declaraciones, y el número de enemigos repartidos por el camino. En 2010, después de pasar un tiempo exiguo como eurodiputada, y una vez alejada de la política nacional, Magdalena Álvarez cambia los aires del Parlamento Europeo por los de Luxemburgo para trabajar en uno de los organismos que España, como quinto accionista europeo, apoya con 23.000 millones de euros, un 10% del presupuesto total del BEI.
De Sevilla a Luxemburgo
El año pasado, la juez Alaya señalaba a Magdalena Álvarez por delitos de malversación y prevaricación, una acusación que ha sido recurrida por la propia exministra, lo que decidirá la Audiencia Provincial de Sevilla el próximo 23 de abril. La dirigente andaluza, vinculada a la docencia, inspectora de Finanzas del Estado, directora del Departamento de Inspección Financiera y Tributaria de la AEAT, entre otros cargos, ya ha manifestado su intención de permanecer en el cargo, al menos hasta que el BEI se pronuncie en el caso de que la imputación sea firme. Si eso ocurriera, De Guindos podría situar a otro español en su puesto. No obstante, hasta la fecha, ni el PP ni el Gobierno ni la Fiscalía del Estado se han pronunciado institucionalmente sobre la imputación de la penúltima titular de Fomento.
En la actualidad, Magdalena Álvarez gana 22.963,55 euros al mes. Tiene derecho a un 15% adicional de su salario fijo como ayuda a la vivienda (Luxemburgo) y, otros 607,71 euros mensuales en concepto de gastos de representación.
Una vida plagada de polémicas
La travesía política de la líder socialista andaluza ha estado plagada de polémicas. Críticas entre las filas populares, de lado de la iglesia, y también entre sus compañeros socialistas.
Cuando fue consejera de Economía y Hacienda protagonizó un agrio debate por la 'guerra de las Cajas'. A Álvarez se le acusó de querer controlar las entidades y transformar todas en una. Conocida fue la 'lucha' con el entonces presidente de CajaSur, el sacerdote Miguel Castillejo. Además se enfrentó incluso con los presidentes de las cajas sevillanas de El Monte y Caja San Fernando, Isidoro Beneroso y Juan Manuel López Benjumea, ambos militantes socialistas.
Un enfrentamiento con Chaves, presidente de la Junta en esas fechas, la lleva paradójicamente a Madrid. Magdalena se opuso a encabezar las listas del PSOE por Málaga. Así que se fue a Madrid como diputada nacional, y cuando Zapatero gana las elecciones piensa en ella como ministra de Fomento.
Antes, cuando ejerció como directora de Inspección Financiera y Tributaria, se la relacionó con el caso que señaló a Josep Borrell -candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno-, por esconder el escándalo de fondos procedentes de cobros irregulares en el que resultaron salpicados inspectores y amigos de Borrell. Aquello pudo costarle el cargo a Borrrell, que inmediatamente renunció a liderar al PSOE, lo que facilitó la entrada de Joaquín Almunia.
Enemigos y frases
Su paso por el Ministerio de Fomento no cosechó más simpatías. Nada más desembarcar en esta cartera, Álvarez cortó el reparto para las terminales del Aeropuerto de Barajas y se granjeó la enemistad del sector de los transportistas de mercancías por carretera, con la subida de precios de los carburantes. Paralizó el programa de autopistas de la Comunidad de Madrid y se negó a llevar el Metro hasta las nuevas instalaciones de la T-4, además, contribuyó con su gestión a la polémica de las licencias de Air Madrid.
Su locuacidad ha dejado en el imaginario político frases como estas: "Me cuesta aprenderme las cosas, tengo la cabeza que tengo y las posibilidades que tengo"; "¡Qué respeto tiene usted a la filtración!"; "Pienso más rápido que hablo"; "Antes partía que doblá"; "Hay polvo en una obra, pues claro que hay polvo en una obra, si no hubiera polvo, no habría obra. O no hay obra sin polvo. Yo no voy a seguir porque están ustedes sonriendo"; "Si la borrasca cambió de forma impredecible, no las pueden predecir, y si no la predicen quienes la tienen que predecir, ¿cómo quieren ustedes que lo vayamos a predecir aquellos que estamos esperando la predicción?".