Política
Análisis | Arias Cañete, Mato y la quiniela del PP para las europeas: el PP ultima su lista, Rajoy la crisis de Gobierno
Los próximos días jueves y viernes se celebra en Dublín la cumbre de los conservadores europeos para elegir al candidato conjunto a presidir el grupo parlamentario del PPE en la Eurocámara, y, si la matemática parlamentaria lo permite, a presidir también la Comisión Europea.
Como se sabe, el PP de Rajoy todavía no ha designado a su cabeza de cartel en estas elecciones, aunque ya se conoce que no será el que lo ha sido en esta legislatura, Jaime Mayor Oreja ?quien renunció caballerosamente a continuar antes de que le descabalgaran-, y que no estarán en la lista Aleix Vidal Quadras, trásfuga encuadrado en VOX, ni Guillermo Galeote, vinculado al 'caso Gürtel' y en el ostracismo político aunque todavía no ha sido objeto de imputación alguna.
Las razones de este retraso no están claras, aunque se da por buena la tesis de que Rajoy estaría negociando discretamente con los países centrales de la UE ?y en especial con Alemania- una revisión general de la presencia española en las instituciones europeas, hoy muy debilitada después de la época de esplendor en que Javier Solana encabezaba, como responsable europeo de Exteriores, una larga lista de altos tecnócratas y funcionarios españoles.
Se dice que Rajoy aspira a que la presidencia del Eurogrupo recaiga en Luis de Guindos (el nombramiento no se producirá hasta otoño), y que, tras la salida de Almunia de la comisaría de la Competencia, quiere asegurarse una cartera de peso para el comisario español, que podría ser Arias Cañete. La comisaría de Agricultura no se considera suficiente.
Los ministros 'achicharrados': ¿crisis de Gobierno en ciernes?
También se manejan argumentos internos para ese retraso y, en concreto, se especula con una crisis gubernamental que no sólo afectase al todavía ministro de Agricultura sino también a otros miembros achicharrados del Gobierno: Ana Mato, consumida por la cercanía de Gürtel; José Ignacio Wert, laminado por su reforma educativa, único designio que ha sido capaz de aunar a toda la oposición en torno a la idea de derogarla el mismo día que el PP pierda la mayoría absoluta. Se trata, obviamente, de una mera hipótesis ya que el hermetismo de Rajoy es proverbial.
El resto de la lista popular será de aluvión, como es habitual en las dos grandes formaciones, e incluirá inevitablemente algunos políticos en retirada o en desgracia a los que haya que buscar acomodo. En el caso del PP, se susurra a posibilidad de que personajes sin sitio como Arenas o González Pons vayan a ese retiro dorado que es Europa.
En lo estratégico, el PP está corriendo un gran riesgo: todo indica que Rajoy está dispuesto a utilizar como leit motiv de la campaña la noticia de la salida de la crisis, el anuncio del principio de la recuperación económica, como prueba de la bondad de las políticas populares.
Este mensaje, que resta valor a lo que se discute efectivamente en la consulta ?que es la composición del futuro Europarlamento- es una invitación a la abstención e incluso al voto de castigo al Gobierno, tan habitual en este tipo de elecciones.
Matemática electoral
En cambio, si se dijera la verdad, si se mostrase a los electores que la futura mayoría parlamentaria europea, conservadora o socialdemócrata, podrá hacer y deshacer a su antojo en las instituciones de la Unión e incluso designar al presidente de la Comisión, quizá el afán de los potenciales votantes por defender sus ideas fuese mayor y se extendiese en mayor medida la praxis del voto útil.
De momento, las encuestas aseguran que PP y PSOE mantienen un empate técnico, aunque con tasas de apoyo my inferiores a las de hace cinco años. De confirmarse este resultado, estaríamos experimentando lo que en 2015 puede ser una fragmentación preocupante del abanico parlamentario.