Política

A fondo| La oferta que espera Mas de Rajoy para negociar

    Artur Mas. <i>Imagen: Archivo</i>


    El aumento de la tensión entre Artur Mas y Mariano Rajoy y sus declaraciones sobre la imposibilidad de negociar preocupan cada día más a los catalanes. Si a esto se une la irresponsabilidad del 'conseller' de la Presidencia de la Generalitat, Francesc Homs, sobre un hipotético levantamiento popular similar al de Ucrania, la preocupación se eleva al cuadrado. Lara, de Planeta: "Soy más catalanista que los independentistas"

    Nadie puede desear ver barricadas en Barcelona o convertir la Ciutadella en la plaza Tahrir y si es un 'conseller' quien lo insinúa debería abandonar el cargo.

    ¿De verdad es imposible buscar una solución negociada a la situación que hoy vive Cataluña? Evidentemente, no. Lo que ocurre es que las dos partes deben tener la altura de miras para resolver el conflicto.

    El primer paso que las dos partes deben dar es escuchar al contrario y fijar el marco de lo que es posible negociar y lo que no. En este punto, Rajoy ha sido bastante claro, está dispuesto a hablar de todo menos de la soberanía nacional, porque de hecho él no es propietario de algo que por ley nos corresponde a todos los españoles. La líder del PP en Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, lo deslizó el miércoles: Rajoy está dispuesto a hablar de más autogobierno para Cataluña y de la mejora de la financiación autonómica.

    Lo que espera Mas

    ¿Es suficiente esta oferta para que Mas renuncie a su promesa de celebrar una consulta? No, pero se aproxima a lo que el 'president' consideraría un salida airosa para CiU. ¿Qué pide entonces? La oferta de mínimos que espera Mas se basa en tres puntos: un acuerdo que contemple una mejora de la financiación con el traspaso de la recaudación de impuestos del Estado (el famoso Pacto Fiscal donde la protagonista sería la Hacienda catalana creada ayer); el blindaje de las señas de identidad de la cultura catalana (educación, lengua y cultura) y un posterior cambio constitucional que ratifique el pacto.

    Eso sí, la negociación y el posible acuerdo debe ser firmado por los dos grandes partidos (PP y PSOE) y ratificado por el Tribunal Constitucional, para evitar cualquier intento de regresión por parte de futuros dirigentes. Es el punto de inicio.