Política

El Govern planea alejar sus oficinas del centro de Barcelona para ahorrar

    Artur Mas. <i> EFE </i>


    La Generalitat se propone reubicar las oficinas de los diferentes departamentos y empresas públicas, que están situadas principalmente en el centro de Barcelona, en otras zonas menos céntricas de la ciudad para ahorrar y a la vez para dejar libres edificios en propiedad que se puedan vender.

    En rueda de prensa, el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, y el director general de Patrimonio, Salvador Estapé, han explicado los detalles del llamado "plan de racionalización y optimización de espacios de la Generalitat".

    El gobierno catalán, que desde 2011 calcula que ha ahorrado 22,9 millones de euros al año renegociando a la baja el alquiler de edificios administrativos o bien reubicando personal en edificios de su propiedad, no tiene una estimación de cuánto puede ahorrar con este plan, pero el conseller ha remarcado que el ahorro será "muy superior" al conseguido hasta ahora.

    El gobierno catalán calcula que el 71 % de la superficie total de oficinas que ocupa en toda Cataluña están repartidos en 125 ubicaciones diferentes de la capital catalana, lo que supone 377.000 metros cuadrados de los 534.000 que ocupa en toda Cataluña.

    Actualmente, el 65 % de la superficie ocupada en toda Cataluña es en régimen de propiedad y el 35 % restante en régimen de alquiler, aunque el ejecutivo paga solo en Barcelona un total de 30,44 millones al año por las oficinas que tiene alquiladas en la capital.

    El plan del Govern es reubicar estos servicios administrativos en edificios propios o bien buscar edificios con alquileres "más competitivos" en áreas "de nueva centralidad" de la ciudad, y para ello el ejecutivo convocará un concurso público para seleccionar esos inmuebles.

    El conseller ha querido dejar claro, no obstante, que los edificios administrativos que prestan servicios a los ciudadanos no se marcharán del centro de la ciudad, sino que la filosofía es desplazar a zonas más periféricas, pero bien comunicadas, servicios más de orden interno de los diferentes departamentos.

    Mas-Colell no ha sabido precisar a cuántos empleados públicos implicarán estos movimientos, pero ha comentado que un funcionario tiene un puesto de trabajo garantizado, pero no un lugar de trabajo asignado de por vida.

    También ha dado por sentado que el Palau de la Generalitat o el Palau del Parlament, que acogen, respectivamente, la sede del ejecutivo y de legislativo catalán, no están en venta.

    En cambio, ha recordado que mañana mismo se dará a conocer el resultado de la subasta de cuatro edificios, entre ellos la sede del departamento de Economía, en la Rambla Catalunya, que ha recibido una oferta, y otro inmueble situado en el Paseo Pujades, que también tiene otra oferta.

    Para subrayar la idea de que el gobierno catalán ya aplica criterios de eficiencia y de racionalidad desde hace tiempo, el conseller y el responsable de Patrimonio han asegurado que en los presupuestos de 2011 la factura de alquileres -lo que incluye comisarías o bien escuelas, y no solo oficinas- ascendía a 301 millones, mientras que en 2014 la previsión es dedicar 248 millones a ello.

    En cuanto al potencial de ahorro de reubicar servicios administrativos en zonas más alejadas del centro de Barcelona, Estapé ha comentado que si el Govern optimizara al máximo los inmuebles actuales, recortaría la superficie que ocupa en Barcelona de los 377.000 a los 290.000 metros cuadrados, un 23 % menos.

    En cambio, si se concentraran en nuevas áreas, el ejecutivo catalán calcula que la reducción de espacio podría recortarse un 45 %, hasta los 207.000 metros cuadrados, lo que se traduciría en un ahorro en alquileres del 20 %, en una reducción de energía del 30 % o en una rebaja de costes indirectos del 50 %.

    El plan anunciado hoy por el gobierno catalán puede tener numerosas consecuencias prácticas dado que la administración catalana es la principal inquilina de inmuebles en una ciudad como Barcelona, por lo que el Govern quiere mantener un "diálogo constante" con el Ayuntamiento de Barcelona.

    Y es que Estapé ha asegurado que quieren que el movimiento de oficinas y de los funcionarios que trabajan en ellas desde el centro a otras partes de la ciudad puede contribuir a dinamizar algunas zonas de la ciudad.

    Como ejemplo de la dispersión actual de edificios administrativos del Govern, Mas-Colell ha explicado que el núcleo básico de su departamento está actualmente repartido en cinco edificios diferentes.