Política

Mas suaviza el discurso soberanista para lograr dinero extra de Rajoy

    Mariano Rajoy y Artur Mas. <i>Imagen de EFE</i>


    Los discursos oficialmente no han cambiado, pero en la trastienda, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, han iniciado un deshielo con el que pretenden dar con una salida que les garantice el mínimo desgaste.

    La discreción con la que ambos están encarando las negociaciones, con un cara a cara en Madrid el pasado 29 de agosto, es un ejemplo de que no están dispuestos a que se produzcan injerencias externas. La misma vicepresidenta del Gobierno de Artur Mas, Joana Ortega, defendió ayer que los contactos se realicen al margen de los focos. "Cuanto más discretos sean, más avanzaremos", defendió.

    El último mensaje lanzado por Mas respecto a la celebración de una consulta soberanista ha incorporado un nuevo matiz: el de que el referéndum se realice de forma pactada con el Estado. Aunque con el difícil equilibrio de intentar contentar también a sus socios de ERC, el presidente de la Generalitat ha prometido que la consulta se celebrará sin demoras: en 2014, tal y como estaba previsto.

    Una pregunta negociada

    Lejos de que la convocatoria se plantee de forma unilateral (como exige ERC), el ofrecimiento de Mas es que la pregunta que finalmente se formule a los catalanes sea negociada con el Gobierno de Mariano Rajoy y que haga referencia a un nuevo encaje de Cataluña con el resto de España y no exclusivamente a la secesión. En el entorno del Gobierno de Mas se habla de un referéndum pactado similar al que plantea Escocia.

    En esta línea de celebrar una consulta, la vicepresidenta de la Generalitat se mostró a favor de que "la consulta debe sumar el máximo posible de voluntades y somos conscientes de que hacerla en confrontación con el Estado es muy complicado".

    Además, dijo que CiU será una "garantía" de que se hará con rigor y seriedad. La contrapartida que exige Mas para rebajar su posición pasa no sólo por salir más beneficiado en el nuevo modelo de financiación que tiene que aprobar el Gobierno el próximo año. El presidente catalán demanda también que el Ejecutivo tenga un gesto con Cataluña, como sería el pago de los 759 millones que adeuda por el incumplimiento de la disposición tercera del Estatut (una compensación por inversiones presupuestadas y no ejecutadas en Cataluña, que se retrasa desde 2011).

    Desde Convergencia se esforzaron en garantizar que no renunciarán al ejercicio del derecho a decidir con tan sólo una mejora de la financiación o de cualquier otro planteamiento, dijo ayer el secretario de Organización de CDC, Josep Rull.

    Aval del PSC

    El cambio de rumbo es visto con buenos ojos por los socialistas catalanes. Ayer, su líder, Pere Navarro, celebró que el presidente catalán esté optando "por la vía que desde hace tiempo proponen los socialistas catalanes de negociar la consulta con el Estado y olvidar estrategias unilaterales". En su opinión, "ha buscado el camino que señaló el PSC. Bienvenido". Los socialista catalanes (ahora minados por luchas internas) podrían convertirse en una alternativa a largo plazo para Mas

    Las negociaciones entre Mas y Rajoy han situado en una incómoda posición al líder de ERC, Oriol Junqueras, que incluso se ofreció ayer a entrar en el Ejecutivo de Mas "si tenemos una fecha cercana (para la consulta), no más allá del 2014", reconoció en una entrevista a RAC. Así, Junqueras busca presionar, ya que su incorporación al Ejecutivo de CIU daría solidez a su Gobierno. La otra condición que puso es que se formule una única pregunta en la que se haga referencia a la independencia de Cataluña.