Aguirre o la cólera de Aznar abren un 'tercer frente' en el PP
Decía, al cumplirse los seis primeros meses de mandato de Rajoy, que nunca un gobierno que generó tanta ilusión la había desperdiciado en tan poco tiempo. Y, ahora, casi un año después, tengo que parafrasearme a mí mismo para decir que nunca un gobierno con una mayoría absoluta tan aplastante ha generado tantas divisiones y desafecciones como este cuando aún no se ha cumplido la mitad de la legislatura. Montoro, a Aznar: "Las añoranzas para otro día"
Porque la vuelta a la escena política de Aznar ni ha sido improvisada ni está desprovista de intención. Al contrario. Se ha producido en el momento oportuno, cuando los críticos a Rajoy en el PP, que son muchos y poderosos, empiezan a perder el miedo alarmados por la sangría de votos y la falta de respuestas de un presidente imperturbable, y cuando la lideresa de Madrid, Esperanza Aguirre, había ido preparando el terreno para el regreso del expresidente.
Aguirre ha sido la voz de la cólera de Aznar, por quien siempre ha sentido admiración y adoración, mientras que el distanciamiento entre José María y Mariano ha ido 'in crescendo' con el paso de los meses y se ha encrespado tras la falta de reacción del Gobierno y del partido a los ataques personales contra el presidente de honor de la formación conservadora.
Puntos de división
Tres son los puntos que ahora dividen al Gobierno y al partido: la política fiscal por el empecinamiento en no bajar impuestos; el déficit a la carta, que ofende a los "barones" autonómicos que sí cumplieron y premia a los malos alumnos para contentar a Cataluña; y el aborto. Además, claro está la falta de claridad y de firmeza para explicar el escándalo de Bárcenas y de los sobresueldos.
Aguirre y Aznar, en sintonía, y con el respaldo de otros muchos, han abierto un tercer frente a un Gobierno donde las declaraciones de lealtad no son contradictorias con las profundas discrepancias.
¿Quiere eso decir que se vislumbra un cisma? Probablemente no; por ahora. Pero Aznar no pronuncia jamás su nombre en vano y ya ha dado el primer aviso.