Política

Artur Mas: España es un socio que ni paga ni cumple las normas mercantiles

    Artur Mas. <i>Imagen: EFE</i>


    El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha comparado hoy la relación de España con Cataluña con la situación de un empresa, en la que un socio no sólo no paga el dinero comprometido sino que ni siquiera reconoce la deuda, e incumple cuando le conviene las normas mercantiles.

    En un desayuno-coloquio organizado por Ediciones Primera Plana-El Periódico, Artur Mas ha explicado que en el debate soberanista sobre el futuro de Cataluña es lógico que "haya ruido por todas partes", y se ha mostrado partidario de afrontarlo "con argumentos sólidos y con una gran serenidad".

    "Imaginen -ha dicho, dirigiéndose a los empresarios asistentes al acto- que, en lugar de hablar de un país hablásemos ahora de una empresa, con un socio que quisiera impugnar sistemáticamente los acuerdos del consejo de administración ante los tribunales, y que cuando se compromete a aportar capital no lo hace y en cambio lo aporta en otros lugares".

    "También imaginen que, encima, este socio prescinde de la normativa mercantil cuando quiere, hace inversiones sin criterios de rentabilidad y no quiere pactar el cambio de modelo empresarial cuando se ve que no funciona", ha añadido el presidente catalán.

    Este mismo socio, ha subrayado Mas, lleva la contabilidad de la empresa "pero sistemáticamente esconde los resultados, y teniendo en cuenta que no paga las facturas que te debe, y que ni siquiera te reconoce su deuda, en este contexto ¿qué haríamos?", se ha preguntado, antes de apuntar que "seguramente llegaríamos a la conclusión de que habría que actuar y adoptar decisiones".

    Las cuentas de Artur

    "Si trasladamos al país este símil -ha precisado-, resulta que Cataluña sufre un déficit fiscal del 8 % de media, que significa que de cada mil euros que se recaudan de los impuestos que pagan los ciudadanos 430 se van a Madrid y no retornan nunca".

    Según Mas, "no hay ni una sola reunión del Govern en que no hayamos tenido que presentar algún recurso por invasión de competencias del Estado, y en cambio, desde este último nos han llevado ante los tribunales en cuestiones muy sensibles que afectan a la normalización lingüística".

    "Nos dicen que no tienen dinero para cumplir sus compromisos con Cataluña pero vemos que, en cambio, sí que lo tienen para invertir en otros lugares", ha lamentado, y en este sentido Mas ha precisado que en 2011 "el Estado, de cada 100 euros presupuestados para invertir en infraestructuras en Cataluña, solo acabó invirtiendo 35, mientras que en Madrid de cada 100 euros acabó invirtiendo 111".

    "Nuestro socio prescinde de la normativa cuando le conviene -ha añadido- porque en el 2013 volverá a incumplir una ley en vigor pactada con Cataluña como es el Estatut, y no invertirá en infraestructuras lo que tocaba".

    En contraste, ha añadido, los Presupuestos del Estado preven inversiones en alta velocidad fuera de Cataluña en lugares con poca población y poca actividad económica, "en concreto 1.217 millones de euros, frente a 206 en el Corredor Mediterráneo y los sólo 19,5 millones en toda la red de cercanías de Barcelona".

    En su opinión, no hay voluntad de cambiar de modelo, y esto es lo que constató en su reunión con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, "aunque después hicieron ver que no había un portazo, pero sólo hay que releer el comunicado de la Moncloa, en el que se decía que la reunión fue muy cordial pero que, efectivamente, el presidente Rajoy dijo que no al pacto fiscal".

    Ha opinado que, en tres años, la suma del dinero que el Estado español debe a Cataluña sube a casi 1.700 millones de euros y ha subrayado que "en el mundo empresarial si se tuviera un socio como este habría que reaccionar, y esto es lo que pasa ahora en el país".

    Un manifiesto "de debilidad"

    Artur Mas, ha asegurado que empieza a haber movimientos muy débiles en el resto de España, como el del manifiesto de intelectuales por el federalismo, que emplazan a reflexionar sobre el trato que se ha dispensado a Cataluña, lo que ha definido como una "rendija" que confía en que coja fuerza.

    "Esto significaría que hay cierta capacidad de reflexión para intentar hablar civilizadamente de las cosas. Pero es tan débil que no podemos pensar que se imponga porque las andanadas que ha habido en el sentido contrario son monumentales", ha sostenido en un desayuno coloquio organizado por Primera Plana.