Política

Irán lanza un órdago a Estados Unidos al bloquear el tránsito del estrecho de Ormuz

    EEUU no permitirá el cierre del estrecho de Ormuz. <i>Imagen: EFE</i>


    La nueva amenaza del régimen de Irán de cerrar el Estrecho de Ormuz, por donde circula hasta el 40% del tráfico mundial de crudo, es tomada muy en serio por Estados Unidos que ha reforzado notablemente su presencia militar en el golfo Pérsico.

    El estrecho, con apenas 40 kilómetros de ancho en su parte más estrecha, es la única vía de salida para los buques petroleros de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Irak y Kuwait, y el gas qatarí y que abastacen, en gran medida, al mercado europeo.

    Paralelamente a sus avances en materia nuclear, Irán se ha afanado en los pasados meses en fortificarse en el Golfo. Ha acumulado un arsenal de misiles antibuque Silkworm, de fabricación china y torpedos de alta velocidad de diseño ruso. Ha diseñado estrategias de ataque con grupos de lanchas rápidas, con el objetivo de infligir daños a los navíos norteamericanos. Uno de los planes de cierre del estrecho diseñados por Irán sería plagarlo de minas navales, que también forman parte de su arsenal.

    El avance del pentágono

    Por su parte, el Pentágono llevó el portaaviones de propulsión nuclear USS John C. Stennis. Normalmente, EEUU mantiene un portaaviones en la zona. Con la llegada del USS John C. Stennis tendrá dos hasta, al menos, marzo de 2013. Ese portaaviones viaja con su grupo de ataque, de otros seis navíos. Ya en enero, el Departamento de Defensa anunció que convertiría el USS Ponce, un buque de ataque anfibio de 1970, en una base flotante al servicio del equipo de élite de los Navy SEALS, que patrullará en el Golfo, cuyos países ribereños están, en su gran mayoría, enfrentados a Irán.

    La V Flota, que tiene su base en Bahréin, recibió el pasado 23 de junio cuatro barcos dragaminas, a añadir a los cuatro que ya tenía. Además, la flota ha comenzado a enriquecer su arsenal con un modelo submarino de drones (lanzamisiles subacuáticos no tripulados de control remoto) que resultarían cruciales para volver a abrir el estrecho si Irán lograra cerrarlo. Esos drones son diseño de una empresa alemana, pesan sólo 40 kilos y se controlan a través de un cable de fibra óptica de unos 900 metros de longitud. Unas maniobras con dragaminas, en las que participarán 20 países aliados en el mar de Arabia, tendrán lugar en septiembre. Las pruebas se centrarán en una hipotética amenaza de una organización extremista que podría minar vías marítimas internacionales que son estratégicas para Oriente Próximo, incluido el mar Rojo, el golfo de Adén, el golfo de Omán y el golfo Pérsico.

    El rearme del Pentágono en el golfo se completa con la construcción, secreta, de un radar antimisiles en Qatar.

    En su visita a Israel el secretario de Defensa de EEUU, Leon Panetta, analizó con el primer ministro, Benjamín Netanyahu y su homólogo, Ehud Barak, la situación en Siria y la República Islámica de Irán.

    Un riesgo en la caída de Asad

    Para Irán la caída de Bashar el Asad supone, no sólo la pérdida de su aliado clave en la región, sino un riesgo existencial. Siria era el pilar de la política exterior iraní y la vía de acceso al Mediterráneo y a Hezbolá que desde Líbano permitía a los gobernantes iraníes presentarse como defensores de la causa palestina manteniendo el conflicto alejado de su territorio. Para Hezbolá, grupo chií y marioneta de los Guardias de la Revolución iraníes, la desaparición de Bashar sería un golpe definitivo. A pesar de aplaudir las protestas de los chiíes en Bahréin y el "despertar islámico" en Túnez, Egipto, Libia y Yemen, los medios iraníes siguen negando que los sirios se hayan levantado contra sus gobernantes. Pero en todo caso Teherán modifica su discurso y se ofrece ahora para mediar entre las partes si bien es muy improbable que la comunidad internacional vaya a permitir la mediación de Irán en el conflicto sirio.

    A diferencia de los norteamericanos, los líderes israelís no quieren conceder más tiempo a la vía diplomática con Irán. Estiman que ni la diplomacia ni las sanciones han mostrado eficacia alguna.

    Se especulaba que Panetta viajaba a Israel para pedir más tiempo, hasta año y medio, para lograr una solución negociada con Irán, que insiste en que su programa nuclear tiene fines pacíficos. Y aunque el Secretario aclaró que antes de optar por la opción militar deben ser agotadas las otras alternativas subrayó que "todas las opciones" están abiertas para impedir que Irán adquiriera armamento nuclear.