Política

Demócratas velan armas para una larga lucha, McCain ya piensa en noviembre



    La senadora Hillary Clinton cortó el martes la racha de su rival Barack Obama, en una lucha demócrata que se anuncia larga e indecisa este miércoles, mientras el republicano John McCain se convirtió en el candidato de su partido para las elecciones del 4 de noviembre.

    "La gente de Ohio lo dijo fuerte y claramente: continuamos. Seguimos con fuerza e iremos hasta el final", declaró Clinton, 60 años, a sus partidarios, antes de ser informada de que también había logrado un segundo triunfo clave en Texas, que le permitió dar un nuevo impulso a sus aspiraciones presidenciales.

    El director de campaña de Clinton, Mark Penn, expresó este miércoles en un comunicado que "una cosa está clara: el impulso está otra vez del lado de Hillary".

    Pero un responsable de la campaña de Obama, Bill Burton, hizo un análisis contrario: "era la última oportunidad que tenía la campaña de Clinton de conectar un golpe significativo a nuestro avance en términos de delegados simples, y la misma fue bloqueada".

    Antes de esta nueva ronda de primarias, el ex presidente Bill Clinton había asegurado que su esposa necesitaba imperativamente ganar en los dos estados para mantener viva su candidatura.

    Clinton se impuso con el 51% de los votos en Texas contra 48% para su rival, mientras en Ohio ganó con una fuerte ventaja de 12 puntos, por 54% contra 44%.

    Hillary había prometido proseguir su campaña al menos hasta las primarias de Pensilvania a fines de abril en caso de victoria el martes. Las próximas primarias demócratas se celebrarán el sábado en Wyoming (oeste) y el martes en Misisipi (sur).

    Pero ambos candidatos aparecen ya muy lejos de la cifra "mágica" de 2.025 delegados necesaria para asegurar la nominación, y probablemente ninguno la logre sólo con las consultas electorales que restan.

    Es entonces que comenzarán a tallar los llamados superdelegados, figuras del partido demócrata que participarán en la convención con voz y voto.

    El sitio independiente RealClearPolitics estima que Obama cuenta con unos 1.542 delegados simples y 202 de los "super". Clinton por su parte tiene 1.447 delegados y 241 "super".

    En este contexto, las primarias de Wyoming (12 delegados), Misisipi (33) y Pensilvania (158) no serán decisivas y el papel de los superdelegados que aún no se han comprometido con un candidato (unos 260) será clave en la convención de agosto en Denver, Colorado.

    Ante este panorama Clinton no descartó este miércoles una fórmula presidencial con Obama: "es posiblemente a eso hacia donde nos dirigimos", dijo a la CBS.

    Pero, añadió, "evidentemente debemos decidir quién irá en cabeza. Creo que la gente en Ohio dijo muy claramente que debería ser yo".

    Obama dijo que era prematuro pensar en fórmulas.

    La incertidumbre demócrata es un claro contraste con la serenidad con la que John McCain, de 71 años, quien se aseguró el martes la nominación republicana.

    "Hemos ganado suficientes delegados para afirmar con confianza, humildad y un sentido de gran responsabilidad que seré el candidato designado del Partido Republicano", se congratuló McCain, ante sus partidarios en Dallas (Texas), tras imponerse en los cuatro estados en juego el martes.

    El veterano senador por Arizona (suroeste) derrotó definitivamente a sus dos últimos rivales, el ex pastor bautista Mike Huckabee, que arrojó la toalla, y el representante tejano, Ron Paul.

    McCain fue recibido este miércoles en la Casa Blanca, donde el presidente George W. Bush desplegó la alfombra roja como si se tratara de un jefe de Estado. "El va a ganar" dijo el mandatario.

    "La seguridad de Estados Unidos, la prosperidad de Estados Unidos, la esperanza para Estados Unidos, es de esto de lo que se trata en esta competición, y no se trata de mí, usted sabe, hice mi parte", dijo, reflejando las inquietudes de los republicanos que su impopularidad perjudique a McCain.

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