Política

Habitantes de la frontera temerosos por despliegue militar de Venezuela



    Los pobladores de la zona fronteriza con Colombia del estado Apure, una región plagada por violencia de grupos armados, viven este miércoles un clima de tensión ante la militarización ordenada por Caracas, en prevención de alguna eventual agresión externa.

    El tránsito este miércoles en un puesto fronterizo de Apure, ubicado 550 al suroeste de Caracas se desarrollaba con normalidad, aunque varios camiones tuvieron que regresar a Colombia ante restricciones al flujo de mercancías, constató la AFP.

    Los vecinos de la zona, permanece tranquilos, aunque angustiados y preocupados ante un posible cierre en la frontera y sus consecuencias.

    "Ahora tengo comida, pero cuando Mercal (mercado popular estatal) se queda sin productos siempre voy a Colombia a hacer la compra", dijo a la AFP Tamara Isaza, una venezolana de 42 años que salía de una abasto en el pueblo fronterizo de Guasdualito.

    Aunque la moneda no favorece a los venezolanos (0,40 centavos de peso colombiano por 1 bolívar), muchos viajan a Colombia para buscar los productos que escasean en los abastos y anaqueles venezolanos.

    El desabastecimiento de productos básicos se ubicó entre el 20% y el 25% en 2007, con picos de hasta un 90% en productos como la leche, según la empresa de sondeos Datanálisis.

    Las tiendas de electrodomésticos son muy abundantes en la zona fronteriza venezolana, donde los colombianos se benefician de televisores, refrigeradores, aires acondicionados gracias al dólar subsidiado que abarata la adquisición de electrónica importada.

    "Las ventas no han sido muy buenas en esta semana. A pesar de que la frontera está abierta, vino menos gente", dijo a la AFP Katherine Mateus, de 32 años, quien gerencia una tienda de electrodomésticos en Guasdualito.

    Aunque la frontera permanece abierta, tras el anuncio de la militarización de la frontera con 10 batallones por aire, mar y tierra, muchas personas mantienen sus reservas en cruzarla.

    "Hace 10 días que no cruzo hacia la frontera venezolana, antes lo hacíamos más a menudo, porque todo es más barato", dijo Belky Pérez, una colombiana de 26 años, que vive en la localidad de Arauca. "Aunque ahorita, ni me lo planteo. ¿Imagínate que quedo atrapada?", apuntó.

    El presidente Hugo Chávez, acosado por la escasez de alimentos, ordenó en enero combatir el contrabando de alimentos hacia Colombia, donde algunos productos como la leche triplican su valor.

    Este anunció desembocó en mayores controles militares en la zona fronteriza, donde efectivos de la Policía militar solicitan el documento de identidad a los transeúntes para acceder a los principales pueblos de la zona o comprar en los supermercados estatales.

    La localidad colombiana del Arauca vive con preocupación la escalada diplomática entre los dos países vecinos, y desde este miércoles empieza a padecer ligeramente las restricciones de mercancías.

    "Esto es todo lo que tengo", explicó a la AFP un vendedor ambulante de gasolina, que comercializaba en una céntrica calle de Arauca botellas de dos litros de Coca-Cola repletas de carburamte.

    "Siempre que hay restricciones en la frontera, la gasolina es lo primero que escasea, y desde ayer (martes) por la tarde empieza a faltar", apuntó.

    "La ejecución de la operación hacia la frontera occidental está en plena marcha", por tierra, aire y mar, señaló en Caracas el ministro de la Defensa, general Gustavo Rangel en conferencia de prensa.

    La movilización ocurre en medio de una crisis diplomática entre Caracas, Quito y Bogotá, luego de que Colombia realizó el fin de semana una operación en la zona fronteriza con Ecuador penetrando en territorio ecuatoriano, donde dio muerte al número dos de la guerrilla de las FARC Raúl Reyes.

    vf/dk