Política

La "bomba sucia", la peligrosa "arma nuclear de los pobres"



    La bomba radiológica o "bomba sucia" está compuesta por materiales radiactivos que a menudo tienen un uso civil, particularmente en medicina y en la construcción, combinados con explosivos convencionales.

    Relativamente fácil de fabricar, la "bomba sucia" está considerada como el arma terrorista por excelencia, porque además del número de víctimas que causaría la explosión, la radiactividad dispersa en el aire contaminaría amplias zonas que deberían ser desalojadas durante años. De ahí su nombre: bomba sucia.

    La bomba radiológica artesanal puede estar combinada con explosivos clásicos, como la dinamita. Al explotar la carga, la sustancia radiactiva se esparce y provoca la contaminación.

    Apodada también "bomba nuclear del pobre" porque sus materiales pueden encontrarse sin gastar demasiado dinero, es considerada por los expertos como la forma más certera de diseminar deliberadamente una contaminación radiactiva por parte de un grupo terrorista.

    Sin embargo nadie ha recurrido jamás a una bomba sucia y por tanto, "nadie puede saber verdaderamente la eficacia real de un artefacto semejante", según Georges Le Guelte, investigador del Instituto de Investigaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS) de París.

    La bomba radiológica no necesariamente debe estar combinada con un explosivo, porque la simple diseminación de la sustancia radiactiva que contiene puede contaminar amplias zonas y provocar cáncer en las personas.

    Los materiales radiactivos se pueden conseguir en hospitales, en el sector de la industria y la construcción.

    En su aplicación industrial, se utilizan para medir el espesor de los metales y plásticos, así como para radiografiar las soldaduras con el fin de verificar su solidez. En los centros médicos se usan para esterilizar materiales mediante la irradiación.

    El impacto de esta bomba sucia es todavía mayor con los materiales nucleares, como el plutonio, el uranio y el cobalto.

    Por ejemplo, una bomba convencional conectada a un trozo de cobalto radiactivo de sólo algunos centímetros de diámetro y de unos 30 cm de largo podría contaminar un sector importante de una ciudad, incrementar los riesgos de cáncer y obligar a los habitantes a abandonar sus hogares durante décadas, según la Federación de Científicos de Estados Unidos.

    El vicepresidente colombiano, Francisco Santos Calderón, declaró el martes en Ginebra que la guerrilla de las FARC "estaría negociando la obtención de material radiactivo con el fin de fabricar armas sucias de destrucción y terrorismo".

    Esta información apareció tras un primer registro de los ordenadores del número dos del grupo insurgente, Raúl Reyes, abatido el sábado en una operación del ejército colombiano en Ecuador.

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