RDT Ingenieros en siete años crea más de 400 empleos

  • En 2012 se instaló en el Reino Unido, de la mano de ITP
  • Ahora inicia su andadura en México
Benjamín Rosende, CEO de RDT Ingenieros. Foto Beaz.


El caso de la empresa vasca RDT Ingenieros es francamente espectacular. Nació en noviembre de 2006, para colocarse en el ejercicio 2012 con una facturación de 20 millones y una plantilla de 400 trabajadores repartidos entre sus oficinas de Bilbao, Pamplona, Barcelona, Madrid y Derby (Reino Unido). A la espera del cierre de los datos oficiales de 2013, en sus previsiones públicas aspiraban a elevar su volumen de negocio hasta los 25 millones y su equipo humano hasta algo más de 500 personas.

Para sus inicios su promotor y director general Benjamín Rosende contó con el respaldo de la sociedad de promoción Beaz, dependiente de la Diputación de Bizkaia, sociedad que recientemente ha reconocido a la empresa con del premio emON de Internacionalización. La firma se orientó a ingeniería de productos y de servicios para sectores aeronáutico, automoción, industrial y ferrocarril. Su primer cliente fue la Corporación Mondragón que le contrató para ingeniería de bienes de equipo.

El acierto de su modelo de negocio quedó patente desde el principio. En su primer año de vida logró facturar 3 millones de euros y generar 69 empleos directos. Después vino su primera delegación en Barcelona, luego la de Madrid, después la de Pamplona y después el salto internacional.

Expansión internacional

RDT Ingenieros decidió emprender la aventura internacional en 2012 implantándose en el Reino Unido, en la ciudad de Derby. Pero no lo hizo sólo, al igual que ocurre en otros sectores, esta joven compañía se apoyó en una de las empresas vascas tractoras, en el grupo aeronáutico ITP que también tiene plantas en Inglaterra. Hoy en día su plantilla en Inglaterra asciende a 35 personas.

Rosende explicó que una de las mayores complicaciones para la internacionalización fue acceder al crédito, ya que se encontraron que la banca británica les cerraba las puertas. Por eso decidieron 'apalancar la empresa española, porque teníamos la ventaja de que los bancos ya nos conocían' y captaron medio millón de libras para circulante. Una vez que han cerrado su primer ejercicio fiscal en Gran Betraña, en que pueden presentar resultados tangibles a las entidades financieras inglesas la situación ha cambiado.

La nueva aventura internacional se ha orientado hacia México, donde han abierto una oficina el pasado mes de enero. Al igual que en el Reino Unido, en la filial mexicana pretende tener la mitad de la plantilla local, por lo que está buscando 25 profesionales en aquel país.

De cara al futuro, esta joven compañía no descarta nuevas implantaciones internacionales, de hecho está estudiando la apertura de una segunda delegación en Inglaterra; así como analizando otros países, entre ellos Francia u Holanda.

Para estos nuevos proyectos Rosende no descarta que pudieran optar por la compra de pequeñas compañías, aunque también podrían volver a hacerlo mediante crecimiento orgánico.

Un empresario de éxito no vocacional

A pesar de su éxito empresarial, Benjamín Rosende no se considera 'un empresario vocacional', como reconoció en la publicación 'Empresa XXI'. Tras licenciarse como Ingeniero trabajo durante varios años en una ingeniería de software, en la que ejerció de ingeniero de producto hasta coordinador de consultoría. Después hizo un Executive MBA por el IESE y en 2006 decidió crear su propia empresa, en la que los ingenieros pudieran desarrollar todo su potencial profesional.