País Vasco

Mercedes-Benz Vitoria se la juega: comienza la cuenta atrás para que se adjudique la nueva furgoneta

    Fábrica de Vitoria. Foto: J. Ayerdi


    La carrera final para la adjudicación del nuevo vehículo industrial VS20 que sustituirá a los modelos Vito y Viano, que se fabrican en Mercedes-Benz Vitoria, ya ha empezado. La decisión se tomará antes de que finalice este año y de la misma depende el futuro de la fábrica alavesa.

    El consejero de Industria y Energía, Bernabé Unda, se desplazará el viernes a Alemania para respaldar a las empresas vascas en la potente locomotora económica Europea. En su agenda destaca especialmente su estancia en Stturgart, sede de la multinacional Daimler, matriz de la fábrica alavesa de Mercedes-Benz.

    Unda mantendrá un encuentro con directivos Daimler frente a los que defenderá la competitividad de la planta alavesa y de la industria auxiliar de automoción que existe en el País Vasco. Precisamente para respaldar esta última cuestión a la misión se unirá una representación de la asociación Cluster de Automoción de Euskadi (Acicae).

    La furgoneta Vito y el monovolumen Viano, que se fabrican en Vitoria desde 1995, tienen fecha de caducidad: 2014. Este año Daimler debe decidir en qué fábrica de su grupo se producirá el nuevo vehículo VS-20. De esta decisión puede depender el propio futuro de la planta de Vitoria, que da empleo directo a 3.300 personas, más 1.200 en subcontratas; y de la que depende el 3% por ciento del PIB vasco.

    Si Vitoria fuera la fábrica adjudicataria, su futuro se despejaría para un horizonte de 15 años, además de que implicaría importantes inversiones para adaptarse a los requerimientos del nuevo modelo. De cara a las adjudicaciones Daimler tiene como normas de referencia la competitividad y rentabilidad de sus fábricas; la normalidad laboral; el entorno en que desarrolla su actividad; y la implicación de las administraciones.

    Este no será el primer encuentro de Unda con altos directivos de la multinacional alemana. Precisamente en febrero pasado, cuando se inauguró la línea de producción en serie de la versión de motor eléctrico de la furgoneta Vito, inversión que contó con el respaldo del Gobierno vasco, ya se hizo mención expresa al alto nivel de competitividad de la planta alavesa para hacer frente a proyectos de alto componente tecnológico.

    En aquella inauguración también estuvo presente el ministro de Industria, Miguel Sebastián, que aprovechó explícitamente la presencia del alemán Heinrich Weiss, máximo responsable mundial de la producción de furgonetas Daimler, para reivindicar la competitividad de la factoría alavesa, un hecho, que a su entender 'se debe hacer valer de cara a la asignación del nuevo modelo que finalmente sustituya a los actuales Vito y Viano'. El apelado Heinrich Weiss recogió el guante y señaló aquel día que la E-Cell supuso un hito 'sin precedentes en tecnología de producción', por lo que Daimler mostraba 'su compromiso de producción con Vitoria'.

    Marco laboral y rentabilidad

    Además del apoyo institucional, Mercedes-Benz Vitoria necesita presentarse ante sus jefes alemanes con un escenario de normalidad laboral y el establecimiento de un sistema de relación laboral flexible a las necesidades de producción e la compañía.

    Es precisamente en este punto donde se presentan las mayores incertidumbres. La dirección de Mercedes-Benz Vitoria y el comité de empresa llevan varios meses negociando el nuevo convenio, sin que por el momento parezca que se atisbe un acuerdo próximo. Desde la compañía quieren mayores mecanismos de flexibilidad laboral, para ajustarlo a los ritmos de producción en función de la demanda; así como contener el aumento de los gastos laborales vinculándolos a la rentabilidad de la factoría.

    Hasta el momento, las negociaciones laborales en Vitoria han sido bastante complicadas, véase los convenios de 2003 y 2007 y los tres Expedientes de Regulación (ERE) aplicados en la planta por la crisis. Aunque al final se llegaron a acuerdos, éstos se alcanzaron en un contexto de fuerte división sindical. En algunos casos los pacto fueron suscritos únicamente por los sindicatos UGT, CC.OO y Ekintza, mientras eran rechazados por ELA y LAB.

    En cuanto a la rentabilidad de la fábrica, la fuerte crisis económica que afectó de lleno a las ventas de vehículos ha hecho que en los últimos años la producción de Vitoria haya descendido mucho respecto de los niveles medios que preveía la multinacional.