Industria vertebradora para el progreso
- Pilar Martínez-Cosentino Alfonso, Vicepresidenta Ejecutiva de Grupo Cosentino
Pilar Martínez-Cosentino Alfonso
En Cosentino somos firmes defensores de la Industria, y llevamos reivindicando desde hace años una imprescindible reindustrialización de nuestra economía. Tanto en clave nacional como, de forma aterrizada, en las distintas regiones españolas. Por ello, nos complace enormemente ser de nuevo una de las compañías seleccionadas como finalista en los Premios Nacionales Industria Conectada 4.0 que exponen los esfuerzos y el mérito de las empresas industriales españolas en el ámbito de la digitalización.
Y es que nuestro futuro pasa de forma ineludible por la Industria, porque así podremos superar nuestras debilidades y amenazas: desempleo estructural, mala perspectiva demográfica, potencial éxodo climático, por citar solo algunas de las preocupaciones más serias. Todos son factores que pueden frenar nuestra capacidad de generar riqueza. Ya estamos viendo las nefastas consecuencias de delegar en otros los procesos industriales, las cadenas de suministros o la generación de energía.
Hace unos meses conocíamos el denominado 'Informe Draghi', el cual nos colocaba ante el espejo. Diagnóstico: estamos inmersos en una tormenta perfecta de caída de la innovación y de la competitividad que amenaza con dejar a Europa fuera de la carrera geoeconómica. Solución: impulsar la innovación y digitalización, y fomentar medidas de política industrial a escala europea en ámbitos como las tecnologías limpias que apuesten, de forma paralela, por los beneficios de la descarbonización.
Hay que reivindicar la Industria por su demostrada capacidad de generar empleo de calidad, y de ofrecer un ascensor social al que se accede vía formación y esfuerzo individual. Una Industria con capacidad para fijar población en la llamada España Vaciada con grandes ejemplos de éxito: el coche en Galicia, la alimentación en Castilla y León, la energía en Aragón o los materiales innovadores en Andalucía.
Esta apuesta no solo tiene beneficios sociales y económicos. También debe ir ligada al reto medioambiental. La Industria debe ser competitiva, pero esencialmente verde. La Industria limpia es el futuro, es la solución para afrontar el desafío de compatibilizar descarbonización y competitividad.
Las empresas europeas soportamos precios de la electricidad y del gas muy superiores a los de EE UU por ejemplo, y el panorama no tiene visos de cambiar. Si los beneficios de la energía limpia no se traducen en menores precios, los elevados costes energéticos terminarán por frenar el crecimiento. Asimismo, los hogares no percibirán los beneficios de la descarbonización.
Oportunidad
Ante este camino, España y en particular Andalucía tienen una posición óptima. Seguridad, estabilidad institucional, un sistema educativo armado, una enorme riqueza natural y cultural…. Pero hay que ser quirúrgicos de manera urgente, e incidir en varias claves. Es preciso hacer pedagogía en la sociedad española, desde la escuela, sobre nuestras capacidades industriales y las claves para su sostenibilidad.
También hay que orientar más rápidamente la Formación Profesional a las necesidades de nuestra Industria, con especial énfasis en el modelo Dual, en línea con lo que venimos haciendo en Cosentino desde hace años con éxito contrastado. Dotar a la I+D+i de más recursos y de más estabilidad jurídica. Y terminar, por favor, las infraestructuras pendientes a la mayor brevedad, con el ejemplo clamoroso del Corredor Mediterráneo a la cabeza que tanto puede hacer por Almería y otras provincias.
Y todo ello, bajo el paraguas de la colaboración público-privada. Tejer a partir de la construcción de sinergias entre diferentes sectores, entidades e industrias. Las oportunidades las aprovecharán los que se adelanten a los demás. Los que tengan unas políticas más efectivas. Y los que sean capaces de trabajar en alianzas.
En conclusión, acabemos con el infructuoso dilema sobre si hemos de ser país de servicios o país industrial. Ya está demostrado que es la hibridación de los sectores secundario y terciario lo que catapulta una economía. Y abramos un debate ambicioso sobre nuestra Industria y su futuro.
Aquí en Almería sabemos bien que la Industria ya fue un importante motor económico hace algo más de medio siglo con la minería, con vestigios que nos recuerdan ese pasado tales como el Cable Inglés. Ahora el polo industrial ha virado a otros sectores, como el de la piedra o el agro.
Pero estoy convencida que tanto Almería como toda la región tienen unas enormes posibilidades de futuro. No solo de seguir innovando en sectores ya pujantes como el agroalimentario, turismo, TIC o aeronáutica, sino en liderar a medio plazo una Industria potente en energías renovables, sostenibilidad y economía circular.