Opinión

Educación, el mejor pasaporte hacia el futuro

  • La formación es una herramienta poderosa que abre puertas y crea oportunidades
  • El gobierno y la sociedad tienen que trabajar conjuntamente para crear un entorno seguro de éxito académico y profesional

Cristina González Viu

La educación es el mejor pasaporte hacia el futuro, especialmente teniendo en cuenta que vivimos en un mundo globalizado y cada vez más altamente competitivo. La formación es un pilar esencial para adquirir conocimientos, habilidades y, en paralelo, para desarrollar la capacidad crítica y creativa necesaria para afrontar los desafíos de un entorno en constante mutación.

En España, no obstante, los recientes datos sobre el Informe PISA y los elevados índices de abandono universitario y de la FP no son tan alentadores. Según el Ministerio de Universidades, la tasa de abandono universitario en España se sitúa en torno al 21%. Esto significa que uno de cada cinco estudiantes que inicia una carrera universitaria no la finaliza. Este fenómeno tiene diversas causas, entre las que destacan la falta de orientación vocacional, la insatisfacción con la elección de la carrera y las dificultades económicas. En el caso de la Formación Profesional, la situación no es mucho mejor. Según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional, aproximadamente el 30% de los estudiantes que comienzan un ciclo de FP de grado medio no lo termina. Las razones son similares a las del abandono universitario: falta de motivación, la percepción de que la FP no ofrece las mismas oportunidades que la educación universitaria y problemas económicos.

El abandono de los estudios no solo afecta a las personas a título individual, sino que también tiene un impacto significativo en la sociedad y la economía. Los jóvenes que aparcan sus estudios a menudo se enfrentan a mayores dificultades para encontrar empleo y suelen acceder a trabajos de menor calidad y peor remunerados. Esto perpetúa un ciclo de pobreza y exclusión social que resulta difícil de romper. Además, el abandono escolar y universitario representa una pérdida de talento y recursos para el país. La inversión en educación es considerable, y cuando los estudiantes no finalizan sus estudios, se desperdicia una parte importante de esa inversión.

Para reducir las tasas de abandono, es fundamental implementar una serie de estrategias que aborden las causas del fenómeno y, como hemos apuntado, las dificultades económicas son un denominador común. Es imprescindible ofrecer apoyo económico a aquellos estudiantes que lo necesiten, a través de becas y ayudas que les permitan continuar con sus estudios. Este capítulo es fundamental; ya que nadie debería tener que renunciar a perfeccionar su formación y alcanzar su máximo potencial por falta de recursos. Además de las ayudas, también pueden contribuir a aminorar el porcentaje de abandono el impulso de iniciativas gratuitas para mejorar las competencias profesionales como MicroBank Academy, o la concesión de préstamos con condiciones muy favorables, como es el caso de Skills & Education, que no requiere aval y permite financiar tanto los gastos de matrícula como otros vinculados a la formación o la estancia.

Invertir en educación es invertir en el futuro, por lo que es clave que tanto las instituciones educativas como el gobierno y la sociedad en su conjunto trabajen de manera conjunta para crear un entorno que favorezca el éxito académico y profesional de todos los estudiantes. Solo así podremos construir un futuro más próspero e inclusivo, donde cada individuo tenga la oportunidad de alcanzar sus metas y contribuir al desarrollo de la sociedad. La formación es una herramienta poderosa que abre puertas y crea oportunidades. Es responsabilidad de todos garantizar que esta herramienta esté al alcance de todos, para que, efectivamente, la educación sea el pasaporte hacia un futuro mejor.