Opinión
El papel de la mujer en la empresa española
- "El análisis de realidades complejas, fundamentales...
- ... para el desarrollo social, es clave para el diseño de políticas públicas"
Dulce Calvo. Registradora de la Propiedad. Directora de Responsabilidad Social Corporativa del Colegio de Registradores de España
Hoy en día resulta admitido, de forma prácticamente unánime, que la diversidad aporta valor a la empresa. Correlato lógico de lo anterior es que las organizaciones que incluyen perfiles diversos en su seno y, sobre todo, en sus puestos de liderazgo, obtienen mejores resultados financieros, así como una mayor sostenibilidad económica en el largo plazo, por cuanto se incluyen perspectivas y sensibilidades más variadas.
Según un estudio realizado por Credit Suisse, las empresas con al menos una mujer en su consejo de administración obtienen mejores rendimientos que aquellas con una composición exclusivamente masculina.
Además, las compañías con al menos un 15% de mujeres en puestos de alta dirección muestran un 50% más de rentabilidad que aquellas con una proporción inferior al 10%. Asimismo, un análisis del International Monetary Fund comprobó que el Producto Interno Bruto (PIB) de un país podría aumentar en promedio un 35% de cerrarse la brecha salarial.
Centrándonos en España, los datos muestran que esa brecha se ha ido poco a poco estrechando.
En relación con esa variable, ocupamos el puesto número siete de la Unión Europea y, según la estadística del Mercado de Trabajo y Pensiones en las Fuentes Tributarias referente a 2022, en España las mujeres ganaron de media cinco mil euros menos al año que los hombres.
Sin duda, para cerrar esa brecha resulta imprescindible analizar la presencia efectiva de hombres y mujeres en órganos decisorios, también en aquellos circunscritos a la realidad empresarial.
Con ese pretexto, cabe destacar las conclusiones del reciente estudio llevado a cabo por el Colegio de Registradores de España, un informe pionero sobre el rol de la mujer en las empresas españolas, elaborado a partir de información del depósito de cuentas del Registro Mercantil, en donde se integra por primera vez, información detallada sobre la presencia de mujeres en los órganos de administración de las sociedades españolas, así como en el ámbito del empleo societario.
En datos, el análisis detallado arrojó que, de las cerca de 900.000 sociedades españolas analizadas, un 75% no cuenta con mujeres en sus órganos de administración. Además, en lo relativo al empleo societario, de más de medio millón de empresas analizadas resulta que las mujeres ocupan alrededor de un tercio de los puestos de trabajo en las pequeñas y medianas empresas, a pesar de que suponen el 70% de los empleos que se generan en España. El 30% restante se concentra en las grandes empresas donde la cifra es más equilibrada, con un 44% de empleo femenino.
Estos desequilibrios podrían encontrar su origen en el mismo momento en el que las empresas comienzan su actividad.
Un estudio publicado en el Academy of Management Journal sugiere que las compañías que arrancan su andadura con pocas mujeres en sus estructuras, en la mayoría de los casos, tendrán problemas para llegar a un punto igualitario más adelante.
Los investigadores descubrieron que las empresas emergentes dominadas por hombres atraían a menos mujeres. Cuando las mujeres representaban menos del 15% de la plantilla de una organización, las candidatas tenían casi un 30% menos de probabilidades de presentar su solicitud que sus homólogos masculinos.
Este fenómeno podría ser alguno de los factores que explican las disparidades reflejadas en el informe elaborado por el Colegio de Registradores.
En la primera parte del estudio se analiza la participación de la mujer en el liderazgo de las empresas. Se observa que el porcentaje medio de presencia femenina en los órganos de administración es muy minoritario, en ningún caso alcanza el 18%, siendo algo superior en las microempresas respecto del resto de sociedades.
Además, existen ciertos sectores de la actividad económica en donde la presencia femenina en los órganos de administración es bastante testimonial, como es el caso del sector de la información y comunicaciones (11,3%) u otros considerados tradicionalmente como ámbitos masculinos como puede ser el de la construcción (11,5%), o el de las industrias extractivas (11,6%), mientras que es algo superior en otros como en la educación (28,2%), o la sanidad (27,2%).
En la segunda parte del informe se analiza el empleo societario, donde predomina nuevamente la presencia de hombres frente a la de mujeres. En el caso de las grandes empresas la cifra es más equilibrada, con un 44% de empleo femenino.
Distinguiendo nuevamente por actividades se observan situaciones muy dispares, con sectores en los que el empleo femenino es muy marginal, como el de la construcción o las industrias extractivas y otros donde predomina la presencia femenina como son las actividades sanitarias.
Como sectores equilibrados destacaríamos las actividades profesionales, científicas y técnicas, la hostelería o las actividades administrativas y servicios auxiliares.
El análisis de realidades complejas, fundamentales para el desarrollo social de nuestro país, es clave para el diseño y promoción de políticas públicas acertadas. Sólo mediante estudios minuciosos y completos seremos capaces de acertar a la hora de promover oportunidades de forma efectiva.