Opinión

De la multimedia al metaverso

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    Silvia Madrid, Head of Legal & Compliance en UniCredit S.p.A. Candidata a Vicedecana del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid

    En 1995 publiqué un artículo en este mismo medio, que titulé "La Multimedia que Viene", enmarcado en la transición del tradicional monopolio de las telecomunicaciones en nuestro país a la por aquel entonces incipiente liberalización del sector, que conformaría un nuevo modelo de la sociedad de la información. Con un enfoque vanguardista, concluí afirmando que "en el futuro, conceptos como videoconferencia, teleenseñanza o telediagnóstico no supondrán en absoluto materia de ciencia-ficción, sino la realidad de todos los días".

    Evolución Normativa de las Telecomunicaciones

    Casi tres décadas después, la por aquel entonces vigente Ley de Ordenación de las Telecomunicaciones (en vigor desde el 18 de diciembre de 1987), ha evolucionado a través de cuatro leyes generales de las telecomunicaciones, concluyendo con la aprobada en el mes de junio de este año: la Ley 11/2022, de 28 de junio, General de Telecomunicaciones. Desde que la primera LGT de 1998 instaurara un régimen plenamente liberalizado en el sector, y abriera el mismo a la libre competencia entre operadores, ayudando a la convergencia del sector audiovisual y de los servicios telemáticos en torno a la implantación de Internet, nuestra normativa ha ido adaptándose tanto a las numerosas Directivas Comunitarias como a los continuos y vertiginosos avances tecnológicos que han supuesto una transformación del modelo analógico hacia el digital, hasta la realidad actual del 5G, el metaverso y la Web 3.0.

    Digitalización y Finanzas Digitales

    Numerosas han sido las iniciativas legislativas, tanto a nivel nacional como europeo, que han proliferado en los dos últimos años en el ámbito digital en multitud de áreas, desde los servicios audiovisuales, el nuevo marco normativo para Internet y las plataformas digitales, e-commerce y negocios digitales, propiedad intelectual, privacidad, inteligencia artificial o criptoactivos.

    En particular y por su especial relevancia, las finanzas digitales constituyen una parte cada vez más notable del panorama económico de la Unión Europea. En ese sentido, el Consejo de la Unión Europea presentó el 24 de septiembre de 2020 un paquete normativo de finanzas digitales, con la finalidad de crear un mercado único digital para los servicios financieros. Dicho paquete incluía una estrategia de finanzas digitales, otra de pagos minoristas, y propuestas legislativas sobre criptoactivos y resiliencia operativa digital. El objetivo de dicho paquete de medidas consistía en impulsar la digitalización, competitividad e innovación del sector financiero europeo, promover una financiación más accesible a las empresas europeas, y proporcionar un nivel adecuado de protección a consumidores e inversores.

    Dicho paquete normativo ha culminado este año con la aprobación de tres reglamentos: (I) el Reglamento MICA (Regulation on Markets in Crypto-assets), que constituye el primer marco regulatorio armonizado en la Unión Europea de los mercados de criptoactivos y de los prestadores de servicios de los mismos; (II) el Reglamento DORA (Digital Operational Resilience Act), cuyo objeto es proteger a los participantes del sistema financiero de los ciberataques y asegurarse que el sector financiero siga operando de forma resiliente en caso de grave perturbación operativa; y (III) el Reglamento del régimen piloto de las infraestructuras de mercado basadas en la tecnología registro descentralizado (DLT), que tiene como principal objetivo permitir el desarrollo de los criptoactivos que se consideran instrumentos financieros (security tokens), así como su emisión, negociación y liquidación mediante tecnología DLT.

    Metaverso y Futuro

    Toda esta asombrosa evolución tecnológica, financiera y sociológica parte precisamente de los años 90, época en la que curiosamente nació el concepto de metaverso con la novela Snow Crash del autor Neal Stephenson. Si bien no ha sido hasta años más recientes, a través del desarrollo de videojuegos como Fortnite o Minecraft, cuando ha empezado a despegar el concepto, que ha evolucionado paulatinamente hasta la idea actual de replicar el mundo real en uno virtual, lo cual constituirá la mayor revolución tecnológica en los próximos años. Un ejemplo muy visual de la potencial realidad del metaverso lo tenemos a través de la película Ready Player One (2018), de Steven Spielberg, cuyo protagonista es un joven jugador de videojuegos del año 2045 que, como el resto de la humanidad, prefiere el mundo de realidad virtual al cada vez más sombrío mundo real.

    En la siguiente década, la realidad extendida (combinación de la realidad aumentada, virtual y mixta) se convertirá en un medio cardinal para las relaciones sociales, empresariales, financieras y laborales. A través de nuestro avatar podremos viajar, trabajar, invertir y socializar en un mundo paralelo, que estará presente en todas las esferas de nuestra vida. Cambiará nuestra manera de trabajar y las oficinas físicas ya no serán necesarias, sustituidas por entornos virtuales. La forma de aprender sufrirá una auténtica revolución, pudiendo los alumnos introducirse virtualmente en el momento histórico que deseen, convirtiéndose en participantes activos del mismo. Nuestra manera de intercambiar valor se realizará mediante criptomonedas y NFTs. 

    Podría afirmarse que actualmente nos encontramos en una fase inicial de desarrollo del metaverso similar a la fase en que se encontraba internet en los años 90. Existen diversos "protometaversos" fragmentados en fase más o menos rudimentaria, y hará falta un considerable desarrollo tecnológico y de infraestructuras para que todos podamos interactuar en una única plataforma.

    Se calcula que para 2024 (fecha nada futurista), millones de personas utilizarán los mundos inmersivos en 3D de manera habitual, y Bloomberg calcula que, para entonces, el metaverso podría ser un negocio de 800.000 millones de dólares. 

    Concluyo, aventurándome de nuevo con un vaticinio similar al que realicé en 1995 sobre las videoconferencias, la teleenseñanza y el telediaganóstico, que provoca una sonrisa retrospectiva. Entrados ya en el S.XXI, pronostico que el metaverso llegará a formar parte de nuestro día a día en un futuro no muy lejano, y que al igual que es imposible imaginar un mundo sin internet, con el tiempo será imposible imaginar un mundo sin metaverso.