Opinión

Impulsar la rentabilidad de las grandes empresas entrando en nuevos mercados


    Emilio Sanchis

    Con la democratización de las nuevas tecnologías y la creciente globalización, un nuevo tipo de empresa, la micromultinacional, está desafiando las antiguas formas de hacer negocios. El término micromultinacional se ha impuesto en los últimos años. La vía tradicional de establecer una posición fuerte en el mercado local antes de expandirse a otros mercados se ha diluido ante las oportunidades que ofrece la expansión a nuevos mercados en una fase más temprana de su ciclo. Son estas empresas con una fuerte presencia local, una marca y una facturación de unos 150 millones de euros las que están empezando a ver los beneficios de la expansión internacional y están aprovechando las oportunidades que ofrece la democratización de las nuevas tecnologías.

    Esta audaz expansión está cambiando la cara del comercio mundial, desafiando a los actores más grandes y globales. Aunque muchos siguen viendo a las multinacionales como empresas con una gran estructura corporativa y oficinas en muchos países, cada vez es más frecuente ver grandes empresas multinacionales que han experimentado un rápido crecimiento, en pocos años, con una estructura corporativa más pequeña y una gran flexibilidad en su forma de operar.

    Una ventaja competitiva para las empresas

    Entrar en nuevos mercados en una fase temprana tiene varias ventajas. La primera y más obvia es que las empresas pueden aumentar exponencialmente sus beneficios. Un estudio de HSBC realizado en Italia demuestra que la internacionalización puede contribuir a aumentar significativamente los beneficios de las empresas que ya son rentables en su propio mercado. En este sentido, las empresas que se internacionalizan pueden beneficiarse de mercados que tienen tasas de crecimiento muy superiores a las del mercado español. El PIB de España creció un 5,5% en 2021 y se prevé que crezca en torno al 4% en 2022, mientras que hay países que están creciendo de forma constante al 8% o incluso por encima del 10%.

    En segundo lugar, la flexibilidad para cambiar de mercado a la hora de producir y vender es una gran ventaja competitiva en un contexto marcado por las fluctuaciones monetarias, la inflación y los cambios en los costes, la disponibilidad de mano de obra y la disponibilidad de socios y proveedores locales. Este es el caso de la actual tendencia inflacionista, que afecta a distintos países a diferentes velocidades. En Polonia, por ejemplo, un país donde los costes de producción han sido tradicionalmente más bajos que en España, el IPC subió un 16,1% en agosto.

    La disponibilidad de mano de obra cualificada es otro factor importante a tener en cuenta. En los países en los que hay una oferta insuficiente de mano de obra cualificada, los salarios son considerablemente más altos que en los países en los que hay un exceso de mano de obra cualificada.

    La internacionalización en un contexto de incertidumbre

    A la hora de internacionalizarse, las empresas también deben tener en cuenta los retos geopolíticos imperantes, que están teniendo importantes repercusiones en el comercio mundial. Tras el rápido crecimiento experimentado después de la pandemia, que aumentó un 25% en 2021, el comercio mundial de bienes y servicios empezó a ralentizarse en el primer trimestre de 2022 y se espera que siga haciéndolo en los próximos meses. A los retos derivados del conflicto entre Rusia y Ucrania se suman los continuos problemas en la cadena de suministro causados por la pandemia. Algunas empresas están tratando de evitar los cuellos de botella recurriendo a proveedores locales o a países amigos y más cercanos. Esto ha sido la guinda del pastel para las empresas con cadenas de suministro estresadas, que ahora van a contrarreloj para aumentar la resistencia de sus cadenas de suministro.

    A lo largo de los años, las empresas han recurrido a proveedores de distintos países para minimizar sus costes a costa de la transparencia y la resistencia. La elección del proveedor adecuado en el mercado correcto, con el apoyo de HSBC, evitará muchos problemas en el futuro, ya que la interrupción de los proveedores sigue caracterizando el comercio mundial.

    Teniendo en cuenta estos factores, el primer paso de una empresa antes de entrar en un nuevo mercado es analizar el mercado local al que quiere dirigirse, incluyendo su sistema fiscal, la normativa de repatriación, la estabilidad económica y monetaria y los tipos de interés locales, entre otros factores. Una de las claves para identificar los mercados con fuertes flujos comerciales es observar si hay bancos internacionales que operan en el país. Los bancos gravitan hacia los flujos comerciales fuertes, por lo que la presencia de un banco como el HSBC es una buena señal del potencial de crecimiento del país.

    Internacionalización... ¿sí o no?

    La decisión y el proceso de entrar en un nuevo mercado, a pesar de las facilidades operativas que ofrece hoy en día la tecnología y el potencial de crecimiento que ofrece a las empresas, no es algo que deba tomarse a la ligera, sin un análisis detallado previo. En un entorno plagado de incertidumbres, saber identificar los flujos comerciales fuertes y estables y tener la flexibilidad necesaria para adaptarse a las variaciones del mercado son elementos clave para el éxito de una estrategia de internacionalización.

    Contar con el apoyo financiero y el conocimiento de un socio como HSBC, con amplia experiencia en el apoyo a grandes empresas en sus procesos de internacionalización, es también un factor determinante para emprender este proceso y abordar los mercados que marcarán el ritmo de la economía mundial en el futuro.