Opinión
¿Se pueden negociar todos los puntos de un contrato?
Miguel Armijo
Madrid,
Igual que en el mundo del fútbol se regatea, y en el de los toros se dan pases, en el terreno de los negocios…, se negocia. Es consustancial a la idiosincrasia del empresario -y por lo tanto del emprendedor/inversor que opta por una franquicia- el querer aprovechar cualquier oportunidad de sacar la mayor rentabilidad al dinero apostado.
Sin embargo, entre quienes creen que puede y debe pactarse todo, y aquellos que aseguran que una adhesión voluntaria no admite negociación alguna, los más sensatos optan por el término medio. Esto es, consideran que, a la hora de negociar las condiciones de entrada a una cadena, hay aspectos que innegociables; si bien, cada circunstancia es diferente, y requiere al menos la revisión de ciertos capítulos.
De hecho, negocia, y trata de obtener las mejores condiciones, el emprendedor que opta por traer al mercado español una actividad que está triunfando en otros lares, porque ningún mercado es igual a otro; lo mismo que lo hace el poseedor de los derechos de dicha enseña, que tiene estipulado de antemano un precio para nuestro país, y no desea regatear y bajarlo por riesgo de perder un candidato.
Mercado inmobiliario
Tal y como están las cosas en el mercado inmobiliario, en lo que a oportunidades en las zonas de mayor consumo del país se refiere, negocia sin ningún rubor quien dispone de un local en un emplazamiento extraordinariamente comercial.
Pero negocia también aquel que dispone de dinero y no tiene en mente limitarse a la apertura de una tienda, que le sirva de autoempleo, sino cuyos planes pasan por la multifranquicia o la franquicia de área.
Aunque aparentemente tiene menos que ofrecer, negocia quien posee un establecimiento que lleva operando en el mercado un cierto tiempo, con mejor o peor suerte cuya experiencia en el sector le sitúa por encima de la media de franquiciados de la cadena, aun antes de recibir formación.
Revisión de condiciones
Dicho lo anterior, no por falta de dinero, o porque el candidato no entre en ninguna categoría anterior, ha de renunciar a revisar y aun discutir algunas condiciones del concepto de negocio con el que va a comprometerse, pues en ello va a poner sus ilusiones y sus ahorros, hasta un préstamo.
El futuro franquiciado debe tener presente que se trata de una negociación entre dos empresarios. Debe hacer valer lo tangible e intangible que va a aportar a la empresa. ¿Quién dijo que convertirse en franquiciado consistía en sentarse delante de un contrato, comprobar que a uno no le van a robar a mano armada y firmar sin decir esta boca es mía?