Opinión

El Tsunami: Si Alvaro del Portillo levantara la cabeza...



    La beatificación de Álvaro del Portillo reunió el pasado fin de semana a más de cien mil personas de todos los rincones del mundo en Valdebebas (Madrid). La organización fue un éxito, salvo por algunos detalles: las torres de sonido se colocaron encima de los jardines, al igual que los palés con centenas de botellines de agua de una marca de prestigio patrocinadora; varios confesionarios invadían desde días antes el carril en ambos sentidos para peatones y bicis y, para más inri, sus seguidores se podían confesar en alemán, francés, inglés, italiano y ¡castellano! No existía el español. Algunos se preguntaban si entre los organizadores del acto se había colado algún independentista catalán. Sobre todo, teniendo en cuenta que el beato era madrileño y paseó su españolidad por medio mundo.