Reindustrializar España para salir de la crisis
La realidad es que la pobreza ha aumentado en España durante los últimos años. Según Cáritas, la tasa de pobreza se sitúa en un 21,8 por ciento, una de las más elevadas de la Unión Europea. No es necesario acudir a informes.
A poco que nos fijemos en ciertas calles de grandes ciudades, observaremos un desfile de gente para recoger lo que les merezca la pena de los contenedores. Ya entrada la noche, podemos observar esas construcciones de cartón en ciertos cuchitriles callejeros.
Luego están las tragedias que afectan al entorno próximo: ser mileurista ha pasado de ser algo despectivo a un privilegio, y no solo para los jóvenes, sino, cada vez en mayor medida, para los no tan jóvenes.
Ya no somos un país rico, ¿cómo vamos a serlo con un desempleo del 26%? Con estas cifras hay mucha gente que, sencillamente, no tiene ni para comer.
Qué arreglar
Para salir de la crisis se dan, frecuentemente, soluciones poco operativas, cuando no vacías de contenido. No basta arreglar el "problema financiero". Hay que preguntarse para financiar qué actividades se destinará el crédito. Sería peor el remedio que la enfermedad si se emplea para sostener negocios absurdos, propiciados por el "modelo" productivo que tenemos en España desde los 80, que está en la raíz de los problemas que padecemos.
Exportar está muy bien, pero solo es una parte de la solución, y a veces resulta caro en la medida en que se consigue, en ciertos sectores, solo a base de profundizar en las "devaluaciones internas", cuya parte principal son reducciones salariales en un contexto de precariedad laboral. Por último, recortar es fácil, probablemente baste con tener cierta sangre fría. No lo es tanto recortar lo innecesario e improductivo; ahí puede haber un alto margen, a costa de no hacerlo en lo necesario y productivo.
Hay que reindustrializarse, es clave para salir de la crisis. El peso en el PIB de la industria es muy reducido. En concreto, según señalaba el Consejo General de Colegios de Economistas, es de un 15% frente a un 20% en Europa y un 25% en Alemania. La industria tiene un efecto arrastre alto en los servicios, por no hablar del empleo que genera, más sólido.
¿Qué sectores? Es largo de contar, pero es obvio que hay muchas ideas. Por supuesto, siempre con la I+D+i y las TIC acompañando, pero como herramientas y aplicadas a usos productivos. En los tiempos "felices" se decía que gracias a la tecnología el sector de la construcción era muy eficiente. No es cuestión de ideologías. En los 80 la política industrial tuvo mala fama. Un socialista dijo aquello de "la mejor política industrial es la que no existe". Una barbaridad que creó "ciudades fantasma".
La reconversión consistió en cerrar industrias, se eligió el camino más fácil. Y España fue puntera hace décadas en algunos sectores industriales. También hubo despilfarros, obviamente. Lo apropiado hubiera sido hacer más competitivo al sector industrial, como se hizo en varios países europeos en los setenta.
No basta con las políticas instrumentales (monetaria, fiscal, y financiera principalmente), también son necesarias políticas sectoriales. No es tanto intervenir en los mercados como favorecer el crecimiento de sectores clave, con la ayuda de buenos expertos. El que el margen de actuación pueda ser reducido no significa que sea único. Existen modelos para elegir. Lo que suele ocurrir es que no se tiene ni un solo modelo para los sectores clave.
Nuevo modelo productivo
Al Estado, a quien pagamos muchos impuestos (en parte destinados a compensar ineficacias y pésimas gestiones), hay que exigirle un plan de acción a medio y largo plazo. Y no estemos a la espera de un "compromiso desde Bruselas" porque estamos peor que los demás, en bastantes cosas, pero sobre todo en desempleo. Muchas personas no podrán trabajar de por vida si no se hace nada.
Si seguimos con el mismo "modelo productivo" y manejando únicamente políticas instrumentales, solo podremos aspirar a mantenernos en un punto muerto o a crecimientos leves, insuficientes para reducir sustancialmente el desempleo, salvo por motivos estacionales. Puede que dejemos la recesión, pero será un fenómeno coyuntural. No olvidemos que los datos del INE (avance de la Contabilidad Nacional Trimestral) señalan un decrecimiento del PIB en el segundo trimestre del -1,7 por ciento respecto al mismo trimestre del año anterior, solo tres décimas menos que el crecimiento anual observado en el primer trimestre.
No se trata de "volver" al crecimiento, sino de ponerse a trabajar para lograr crecimientos sostenibles, no meramente estacionales y más allá de oscilaciones de décimas en la tasa de variación del PIB, que sigue siendo negativa.
Juan Rubio Martín, doctor en Ciencias Económicas y experto en Economía de la Sociedad de la Información.