Luis María Mirón: Puntilla a la venta de casas
El sector inmobiliario ha recibido la puntilla en las últimas semanas con la noticia del PP de que si logra llegar a la Moncloa, se restablecerá la desgravación fiscal por la compra de la primera vivienda.
La medida, sin lugar a dudas, es positiva y hará que un sector que languidece vuelva a reactivarse. Pero ciertamente ha hecho que en los próximos meses, y hasta que se legisle en este sentido, suponiendo, eso sí, que el PP ganara las elecciones, el sector entre en su etapa más difícil, pues no se venderá una sola vivienda a la espera de que se restablezca la desgravación fiscal por la adquisición de una vivienda y podrían caer algunas empresas más.
El sector, que en los últimos años ha registrado cifras récord en caídas de ventas y ha visto cómo se echaba el cierre en muchas empresas -pequeñas, medianas y grandes-, podría reanimarse con esta medida electoral del PP. Al sector le podría suponer salir de la mala pesadilla por la que atraviesa. Eso sí, para ello es necesario coordinarse bien con el sector financiero para que de nuevo el crédito fluya con mayor normalidad y con las garantías que le va a exigir el Banco de España a bancos y cajas.
En este sentido, el partido actualmente en la oposición también ha anunciado que implicaría a todas las entidades financieras, con la doble vertiente de que los créditos tengan fluidez y de que bancos y cajas puedan sacar adelante el alto stock de casas que tienen sin vender y que en algunos casos podría llegar a arrastrar a esas mismas entidades.
La medida ha sido muy bien recibida, e incluso se ha anunciado su carácter retroactivo para 2011, perdiendo la desgravación de ese año, pero sí aplicable en los sucesivos. Esto hace que el anuncio no resulte tan desolador para quienes han adquirido una vivienda durante este año, pues sólo perderían ese 15 por ciento de desgravación sobre un tope de poco más de 9.000 euros desembolsados en concepto de cuotas hipotecarias. Claro está, siempre que el PP mantuviera las desgravaciones anteriores, que tampoco está claro del todo que pretenda respetarlas.