Opinión

Editorial: El Gobierno enjugará déficit con las 'telecos'



    Una inyección de 2.000 millones para aplacar el déficit: es lo que reportará al Gobierno la decisión de subastar el 90 por ciento de las nuevas frecuencias de móviles antes del verano.

    Aparte de suponer una cataplasma para unas cuentas públicas que no pueden permitirse el más mínimo desmán, la medida es positiva para el resto de implicados.

    Para los clientes, porque se evita cualquier eventual colapso en las redes; y para los operadores, porque les da músculo para crecer.

    Sólo bajo una visión cortoplacista, a las compañías del sector se les puede hacer cuesta arriba el gasto: al de la puja se suman desembolsos ulteriores para desplegar red.

    Ante una medida que satisface a todos, habrá que velar porque la subasta se haga dentro de los más estrictos cánones de transparencia y equidad.