Opinión

Editorial: El Tesoro esquiva la subasta



    El Tesoro español ha logrado colocar 6.000 millones de deuda y, además, ha conseguido alargar sus vencimientos. Se trata de una buena noticia cuando hay tantas suspicacias levantadas sobre nuestra economía y se debe asegurar la financiación. La demanda incluso sobrepasó con creces la oferta al alcanzar los 12.000 millones.

    En medio de la tregua que le han concedido los mercados, el Reino de España obtiene un respiro para la gestión de su liquidez. Pero no todo son alegrías.

    Para garantizarse el éxito de la operación, se ha tenido que recurrir a una emisión sindicada, es decir, a través de bancos colocadores. Y el interés abonado ha sido el récord, un 5,5 por ciento por el bono a 10 años, justo un poco más que el 5,43 al que cotiza en el mercado secundario. Un tipo demasiado alto cuando nuestra economía apenas crece lo suficiente para devolver ese dinero.

    Así que la guerra no se ha acabado. En las cajas de ahorros españolas se libra una batalla crucial para toda Europa. Estas entidades se han identificado como nuestro talón de Aquiles. Y que Zapatero haya reconocido que se precisa una recapitalización nos cuelga el sambenito. El recelo que provocan ahora las cajas dificultará que el capital privado acuda.

    De modo que para lograr la victoria necesitaremos aliados: en la reunión de ministros de Finanzas de la UE se discutía el apoyo que brindarán a los Estados en dificultades. España podría intentar que cualquier ayuda recibida se inyecte directamente en las entidades.

    Sin embargo, no parece que la solución vaya a ser tan fácil. Sobre todo porque la asistencia sale tan cara que se antoja mejor la quita.