Editorial: El Metro que mide la inconsistencia sindical
La salvaje huelga del Metro de Madrid da una buena medida del doble rasero que gastan los sindicatos. Desde que empezó la crisis han sido tibios con el Ejecutivo estatal y no han movido la maquinaria de la huelga general hasta que el Gobierno ha avanzado en el ajuste fiscal y la reforma laboral.
A esas mismas organizaciones, sin embargo, no les duelen prendas para echar el resto en una huelga sectorial incluso atentando contra derechos básicos del ciudadano que deben ser respetados, como los servicios mínimos. Parece que no les resulta lo mismo sacar toda la artillería ante un Gobierno del PP, local o autonómico, que ante el Ejecutivo socialista. El caos sufrido en Madrid en lo que va de protesta es sólo comparable a la inconsistencia de la oportunista actitud sindical.