El presidente Donald Trump volvió a sorprender al anunciar la imposición de un arancel del 5 por ciento para todos las exportaciones mexicanas, a partir del próximo día 10. Washington castiga así al modo en que el presidente López Obrador abrió sus puertas a los inmigrantes centroamericanos, en tránsito hacia EEUU. Esta política de mano dura, en un tema tan sensible como la inmigración, puede proporcionar réditos electorales a Trump para las elecciones de 2020. Por ello, todo apunta a que cumplirá su amenaza este mes, lo que abre la puerta a una subida progresiva de esas tasas, que puede llegar al 25 por ciento en octubre. El primer damnificado será, sin duda, México. Pese a que López Obrador mantiene su promesa de devolver al PIB un crecimiento del 4 por ciento, la realidad es que ahora no llega ni a la mitad de ese valor y las declaraciones del actual presidente contribuyen a crear más incertidumbre entre inversores y empresas. Además, la ratificación del nuevo acuerdo comercial del país azteca con EEUU y Canadá puede paralizarse. Los posibles apuros para México tendrían impacto en una economía tan relacionada con ese país como la española. No obstante, sus perjuicios serán más extensos, al combinarse con los que se derivan del frente principal de la guerra comercial, aquél en el que luchan China y EEUU. Nada garantiza que las dos potencias vayan a llegar a un acuerdo en la reunión del G-20 de este mes, máxime después de que Pekín respondiera a Washington con la amenaza de restringir sus exportaciones de tierras raras. La guerra comercial ya fue la responsable del mes de mayo para olvidar que han vivido las bolsas, aunque sus soportes aguantan. Sus perjuicios en los próximos meses pueden ser mayores.