Los tripulantes de cabina de Ryanair de cinco países europeos harán huelga a finales de septiembre. Es su respuesta ante la falta de avances tras sus encuentros con la lowcost. Los paros de julio y agosto no han servido para que la aerolínea responde a las exigencias de sus trabajadores y realice contratos locales. Muy al contrario, Ryanair retrasa hasta julio de 2022 tal posibilidad ya que lo contrario pondría en peligro su rentabilidad. La fecha elegida no es casual, ya que es el límite que la UE marca para que todo trabajador cotice allí donde opere. La nueva huelga confirma, por tanto, que la estrategia de Ryanair es temeraria y prolonga un conflicto de graves consecuencias para sus clientes. Sin duda, la lowcost debe esforzarse ya en cumplir cuanto antes con la ley europea.