Bankinter, Sabadell, Santander y Cajasur son las entidades que más tarjetas venden. Elevan su número entre un 7 y un 14 por ciento, gracias al crecimiento de los plásticos convencionales y los revolving (ligados a préstamos al consumo). A la vista de las cifras, es evidente que la banca se afana por digitalizar a sus usuarios. Cualquier avance en este ámbito es conveniente, ya que la operativa electrónica implica fuertes ahorros de costes, muy bienvenidos para que las entidades sigan aligerando sus balances. Pero, además, el hecho de que las tarjetas que más se incrementan sean las que acarrean más comisiones, demuestra que el sector explora caminos para elevar sus ingresos, una práctica necesaria en momentos en que el negocio crediticio aún no repunta.