Prometer es fácil, pero dar la cara en los momentos complicados asusta al más pintado. El Gobierno ha demostrado su verdadero interés por la participación industrial en EADS: ninguno, si nos atenemos a la inexistente reacción institucional tras el anuncio de la mayor crisis del grupo aeronáutico.Mientras toda Europa estaba el pasado martes por la tarde pendiente del Consejo de Administración de EADS, el recién estrenado ministro de Industria, Joan Clos, dedicaba ese tiempo a pasear por las instalaciones de EADS Casa en Getafe, posar sonriente con el presidente de la filial española, Francisco Fernández Sainz, y hacer unas declaraciones institucionales de lo interesada que está España en alcanzar el 10 por ciento del grupo. ¡Como si ésa fuera la panacea de la industria española!Vamos a perdonarle. Era una visita ya concertada y no hay que ser maleducados con el anfitrión. Lo peor llegó al día siguiente. Tras anunciar Airbus que va a apretarse el cinturón durante los próximos años, a los Gobiernos francés y alemán les faltó tiempo para lanzar un aviso a navegantes: "¡Haced todos los planes de ahorro de costes que os apetezcan, pero cuidadito con echar a gente y quitarnos carga de trabajo de nuestras factorías!".¿Y el Gobierno español? Todavía se espera que alguien haga una declaración oficial por aquello de que "el que no llora...". Ni el Ministerio de Industria, ni el de Economía, ni José Luis Rodríguez Zapatero. Sí, el mismo que salía en la foto junto a Chirac, Blair y Schröder durante la presentación oficial del A380. Ese mensaje de tranquilidad sería un detalle que no vendría nada mal a los trabajadores de las factorías de Getafe, Illescas o Puerto Real y a la industria que trabaja bajo la sombra alargada del avión comercial más grande del mundo. Pero no hay que ponerse dramáticos, no pasa nada. Dentro de un par de semanas alguien cercano a Moncloa lo arreglará con un entrañable "queremos aumentar nuestra participación en EADS".