Farmaindustria, la patronal de las empresas que producen medicamentos, cree que la nueva Ley del Medicamento va a tirar los precios los próximos años y que eso puede hacer daño a sus inversiones en I+D. Invertir en investigar les cuesta a las empresas poner mucho dinero durante muchos años, a veces, con nulo éxito. Si el Gobierno aprieta mucho en el objetivo de atacar el gasto farmacéutico y baja demasiado los precios de los medicamentos que controla, puede que la industria lo pase mal o que se sienta tentada a no invertir, lo que sería malo para todos. De momento, las medidas del Gobierno están siendo positivas en la rebaja del gasto farmacéutico y es previsible que el nuevo sistema de precios que funcionará en marzo del año que viene mantenga esa tendencia. Por eso es necesario que al Gobierno no se la vaya la mano en exceso, no se fije sólo en los precios y ataque el problema desde otros flancos. Hasta ahora, la mayoría de las medidas se han dirigido a la oferta de fármacos -es decir, a la industria y a los precios intervenidos-, pero se echa de menos una acción más decidida contra el abuso del consumo. Hay dos vías que no se han explotado lo suficiente. Una es intentar que los médicos, que son quienes manejan el grifo de las recetas , intenten controlar las peticiones de una población como la española, capaz de almacenar sin fin medicamentos inútiles. La otra es, precisamente, estudiar alguna fórmula -incluyendo un pequeño pago- que recuerde al consumidor compulsivo que la factura farmacéutica española es demasiado alta. En todo caso, frenar el gasto está bien, pero sin culpabilizar o poner en riesgo a la industria farmacéutica.