Q ue una empresa sea comprada por otra y que una persona sea echada del trabajo son experiencias que pueden afectar tanto como una muerte en una familia. El shock, la amargura, la indignación y la confusión son lo bastante profundas como para que una persona desee entrar en un período de duelo prolongado. No vamos a decir alegremente a los 60.000 empleados de Merrill, o a los 26.000 de Lehman, que sonrían y sigan con su vida como si nada hubiera ocurrido. Un gran terremoto ha estremecido Wall Street. Es comprensible que muchas personas queden tambaleándose durante un tiempo. Pero los trabajadores más directamente afectados no pueden tambalearse por mucho tiempo. En Merrill, los empleados deben adaptarse rápidamente a una mentalidad de no resistencia. Y en Lehman necesitan actuar rápido para evitar El vórtice de la derrota. Primero hablaremos de Merrill. Durante un siglo, ha sido una compañía independiente. Tan orgullosa que sus corredores se llamaban entre ellos la manada atronadora. De repente, se ha convertido en una simple subsidiaria del gigantesco Bank of America, tras una misión de rescate. ¿Cómo reaccionarán los empleados de Merrill ante ese cambio? Es cierto que Bank of America ha demostrado una gran competencia para el proceso de in- tegración de fusiones y adquisiciones. Aun así, incluso si los empleados de Merrill son contratados tras la fusión, muchos de ellos dudarán. La cultura del Bank of America, sus procesos, sus líderes, y la forma de hacer negocios parece ser diferente... y equivocada. Todo lo que haga el Bank of America, básicamente, parecerá peor que los buenos días dorados pasados en Merrill, y muchos empleados lo dirán, si no en voz alta, al menos con sus actitudes. ¡No, no, no! Si usted es un empleado de Merrill, o si usted es empleado de cualquier otra empresa adquirida, debe entender una cosa. Su nuevo propietario tiene escasa paciencia con aquellos que hacen mohínes. Ellos saben que quienes se resisten a las fusiones desaceleran las tareas, y que su cinismo envenena las aguas. Es por eso que, cuando se trata de elegir nuevos empleados, la vasta mayoría de los compradores eligen a quienes aceptan, no a quienes son más inteligentes. Sí, tal vez contraten también a algunas de las famosas super estrellas que caminan por Wall Street con facilidad. Pero si usted es un tipo regular, digamos un gerente medio con un buen desempeño, será ahora una de dos personas compitiendo por el mismo empleo. Su margen de error es más pequeño que nunca. Por lo tanto, éste es mi consejo a los empleados de Merrill: rindan homenaje a su pasado y pónganlo a un lado. Dejen de hacerse las víctimas, únanse a Bank of America en cuerpo y alma, y trabajen con vigor en su futuro. Es la mejor posibilidad de que el futuro del Bank of America los incluya a ustedes. Los trabajadores de Lehman se enfrentan a un desafío más duro. Buscan trabajos en una industria menguante, repleta de empleados con mucha experiencia. Y esa situación puede poner a muchas personas en una espiral de parálisis y dudas. El mejor antídoto contra este vórtice de derrota es una acción inmediata. Tal vez usted quiera tomarse algunos días para pensar su situación, y lo que hará con su vida, pero cualquier demora por su parte permitirá a otros tener ventaja en un ambiente con escasas oportunidades disponibles. Usted necesita apelar a su autoconfianza y comenzar a buscar empleo a partir de hoy. Si usted está pensando "eso está bien, pero nadie en Wall Street está contratando", lo estamos escuchando. Y es por eso que nuestro consejo es que amplíe su búsqueda, tanto en materia de trabajo como de geografía. Hace algunos años, conocimos a un grupo de ingenieros que habían sido despedidos de sus labores en una ciudad de la región central de Estados Unidos y que no podían encontrar trabajo tras un año de búsqueda. La razón era que su industria se había reducido y, en buena parte, abandonado la región. Esos ingenieros querían el mismo tipo de puesto que antes. Peor aún, no querían mudarse a otra parte. En ocasiones, algunos empleados pueden seguir trabajando en un sitio después de algún problema de reestructuración, pero eso raramente ocurre con perturbaciones como las que ahora estremecen a Wall Street. Para avanzar, los ex empleados de Lehman necesitarán pensar de manera creadora acerca de comenzar de nuevo. Eso es aterrador, sí. Pero también lo es la opción de esperar por algo familiar, cómodo, que tal vez nunca vuelva a aparecer. No esperamos que los empleados de Merrill o de Lehman acepten fácilmente nuestro mensaje. ¿A quién le gusta que le digan que debe abandonar su ira o su angustia, especialmente cuando tales sentimientos son totalmente humanos? Pero tiempos extraordinarios exigen soluciones extraordinarias. Es razonable que los tumultuosos eventos de esta semana le hagan añorar el pasado. Pero nosotros recomendamos que piense en el futuro.