Lo último de la banca son los seguros que cubren el riesgo de quedarse en paro. Para asegurar la nómina y los recibos de la casa. Es probable que no hayan visto anuncios sobre este producto en televisión, aunque quizá han encontrado en su buzón el correspondiente folleto. Es fácil, se pagan siete euros al mes y, si se pierde el trabajo, se recibe un porcentaje de la nómina durante seis meses, o, si se prefiere, el pago de hasta 750 euros de recibos. ¿Por qué no se ha hecho publicidad masiva del producto? Porque la banca lanzaría el peligroso mensaje de que piensa en un aumento del desempleo. Si no, ¿por qué lanzar este producto? A todo seguro le corresponde un riesgo. Si el banco en cuestión cree que corre peligro el pago de las hipotecas que tiene concedidas, lo normal es que se cubra las espaldas. Cuando un banco es grande -y el que está lanzando el seguro es uno de los mayores-, no hace experimentos, sino que prueba los productos a pequeña escala para ver si funcionan. No es este el caso, porque el seguro para cubrir la nómina ha sido comercializado por carta, una técnica más adecuada para llegar a mucha gente que para seleccionar demasiado a los clientes. ¿Entonces, hay riesgo de que la economía se vaya a torcer? Parece que no a corto plazo. Pero es indudable que la probabilidad de que eso ocurra ha aumentado. Primero, la banca alargó los plazos de las hipotecas. Luego, quitó en muchos casos la comisión que cobra por renegociar las condiciones. Más tarde, lanzó productos para asegurar los tipos de interés y no llevarse sorpresas. Ahora, ataca de tapadillo la posibilidad de que el cliente se quede en paro. Puesto que el seguro sólo cuesta siete euros mensuales, el banco debe pensar que los primeros clientes en caer serán los inmigrantes y la gente con menos posibles. Y que son los grupos que podrían recuperar con menos dificultad un empleo de baja cualificación en el medio año que cubre el seguro. Parece que aumenta el riesgo económico, ¿no creen?