E n enero el OCDE. Statextracts presentó una interesante información en la que mostraba la media del número de horas trabajadas anualmente por los trabajadores de treinta y seis países. El informe recoge los datos a lo largo de los últimos trece años. La media del conjunto de esas horas bajó, desde 1.844 en el año 2000 hasta 1.765 en 2012, pero en España la reducción fue mayor que la media. Al inicio de la serie había seis países con más de dos mil horas anuales y cuatro con menos de mil quinientas horas. El resto estaba por debajo y a lo largo de los once años recogidos todos habían reducido las horas laborales con la excepción de Rusia. Al inicio de la serie, en España se trabajaban 1.731 horas anuales y al final se había reducido hasta 1.686. Para un país que tiene una de las más altas tasas de paro del mundo (sólo Grecia está por encima) parecería que le corresponde reforzar el esfuerzo para salir de la situación. Sin embargo al comparar estos datos del año 2012 frente a las horas trabajadas en Francia (1.479) o en Alemania (1.397), en España han aparecido voces que se mostraban enfadadas por las grandes diferencias, pidiendo más tiempo laborable, olvidando la deuda que debe España y la necesidad de rehacer la capacidad productiva, que se hace trabajando. Los datos provenientes de una fuente sólida, como OCDE, merecen atención. Entre otras razones porque España debe rehacer buena parte de su capacidad productiva, tiene que pagar las deudas de las familias, de las Administraciones Públicas, de las empresas, de parte de la banca … y el modo de obtenerlo está en la producción que puede venderse, la que atiende a las necesidades de la población, la que evita depender del extranjero etc. Otros países están en mejor por no sufrir la crisis o haber salido de ella. También hay otros países en los que, aun teniendo una situación más tranquila que la de España, trabajan más horas anuales que las 1.686 de España en el año 2012. Algunos lejanos, como Estados Unidos (1.790) o como Estonia (1.889) y Japón (1.745) y otros cercanos, como Italia (1.752). La mejora en la economía de los países requiere tanto conocimiento como dedicación. Alguno apenas reduce su dedicación laboral, como Israel que está en (1.910). Otros han optado por no moverse en este terreno, como Rusia que está en 2012 en la misma posición que tenía en 2000, (1.983). El número de horas pasadas en el lugar del trabajo debe aquilatarse al menos por dos causas, de un lado porque la cifra pactada está afectada por las fiestas y las faltas por asuntos propios y necesidades de la familia. De otro lado, está el uso impropio del tiempo al dedicarlo a asuntos ajenos al trabajo asignado. En líneas generales, el trabajo en los países con menos jornadas y más cortas, está asociado con un peso alto de actividades técnicas, con poca competencia y gran capacidad de generar ingresos altos pero, también con grandes exigencias de calidad y responsabilidad. En cambio, los países de más horas de trabajo se caracterizan por hacer productos estandarizados, sujetos a más competencia y con menor precio. El informe de la OCDE permite ubicar a cada país. En el año 2000 España, estaba por debajo de la media de los treinta y seis países en cuanto al número de horas trabajadas en el año con 17 países por debajo. En el año 2012, el número de horas trabajadas por trabajador había bajado en la mayor parte de los países recogidos pero en España, la reducción fue más profunda y el número de países con menos horas de trabajo que España subió a 24. Para un país con una de las más elevadas tasas de paro del mundo, en la hoja comentada tan sólo hay 11 países por debajo. No hay razones para unirse a ellos.