La deuda pública superó en el segundo trimestre del ejercicio el volumen previsto para todo el año. Era algo previsible, como ya se había dicho desde elEconomista, y supone una grave losa para la recuperación económica. A mitad de ejercicio ya debíamos 942.758 millones, un 17,16 por ciento más que el año anterior. Esta cifra representa el 92,2 por ciento del PIB -el objetivo anual era el 91 por ciento- y confirma las palabras del presidente del Gobierno de que no se empezará a reducir deuda hasta 2016. Este volumen de endeudamiento público compromete nuestro futuro y dificulta la reducción del déficit. También constata el desequilibrio entre el esfuerzo que está haciendo el sector privado y la indecisión con que el Gobierno acomete las reformas.