El PP bajará el Impuesto de Sociedades. Prevé elevar a 12 millones la facturación que permite un tipo reducido del 25 por ciento, frente a los 10 millones actuales, y que tributen al 20 por ciento las empresas que facturen un máximo de 5 millones. La medida dinamizará la economía. Pero quizá el PP debería plantearse esta reducción no de un modo indiscriminado en función de la cifra de negocio, sino como un premio para la que creen empleo y materialicen inversión. Además, puede aprovechar para simplificar la maraña de deducciones y bonificaciones que complican este tributo. Así, perdería menos recaudación. Porque lo cierto es que esta loable medida dificultará el ya de por sí difícil desafío de reducir el déficit. De ahí que deba plantearse también el alza de figuras como el IVA, donde tiene más margen.El PP bajará el Impuesto de Sociedades. Prevé elevar a 12 millones la facturación que permite un tipo reducido del 25 por ciento, frente a los 10 millones actuales, y que tributen al 20 por ciento las empresas que facturen un máximo de 5 millones. La medida dinamizará la economía. Pero quizá el PP debería plantearse esta reducción no de un modo indiscriminado en función de la cifra de negocio, sino como un premio para la que creen empleo y materialicen inversión. Además, puede aprovechar para simplificar la maraña de deducciones y bonificaciones que complican este tributo. Así, perdería menos recaudación. Porque lo cierto es que esta loable medida dificultará el ya de por sí difícil desafío de reducir el déficit. De ahí que deba plantearse también el alza de figuras como el IVA, donde tiene más margen.El PP bajará el Impuesto de Sociedades. Prevé elevar a 12 millones la facturación que permite un tipo reducido del 25 por ciento, frente a los 10 millones actuales, y que tributen al 20 por ciento las empresas que facturen un máximo de 5 millones. La medida dinamizará la economía. Pero quizá el PP debería plantearse esta reducción no de un modo indiscriminado en función de la cifra de negocio, sino como un premio para la que creen empleo y materialicen inversión. Además, puede aprovechar para simplificar la maraña de deducciones y bonificaciones que complican este tributo. Así, perdería menos recaudación. Porque lo cierto es que esta loable medida dificultará el ya de por sí difícil desafío de reducir el déficit. De ahí que deba plantearse también el alza de figuras como el IVA, donde tiene más margen.