El dinero y los niños. Éstos son los dos motivos principales que hacen que haya pocas mujeres emprendedoras en la Comunidad de Madrid. Además, las mujeres montan las empresas entre los 30 y los 40 años -una edad tardía- y ni se les suele ocurrir intentarlo en la industria y la construcción. Su preferencia para empezar son los servicios. Si la encuesta se hubiera hecho en otro lugar de España, los resultados no habrían variado demasiado. En realidad, las causas que más frenan que las mujeres monten empresas son los educativos y los sociológicos. Las mujeres que ahora tienen entre 30 y 40 años -las que más emprenden- se han educado en una estricta separación de papeles respecto a los hombres. Dentro de esta educación hay una idea cada vez menos establecida, pero todavía predominante, de que el cuidado de los hijos corresponde a las madres. En esta misma onda está el reparto de sectores por sexos. Está bien que una mujer sea secretaria, pero es casi impensable verla con un casco y un mono mezclando cemento en una obra. Mientras no cambien los contenidos educativos y lleguen nuevas generaciones, las medidas de igualdad de sexos van a ser de efecto lento. Por ejemplo, mujeres y hombres pueden disfrutar de permiso de maternidad o paternidad en igualdad de condiciones en España. En 2005, sólo el 1,8% de estos permisos fueron disfrutados por hombres. Urge avivar el debate para acelerar la igualdad. En este escenario, la financiación se antoja un problema bastante secundario. Aquí sí se avanza más y las mujeres demuestran conocer las posibilidadesblema bastante secundario. Aquí sí se avanza más y las mujeres demuestran cblema bastantegggg.