El runrún de la sucesión ha llegado al Círculo de Economía. El mandato de José Manuel Lara concluye en junio de 2008, pero la sucesión en la presidencia se pacta con muchos meses de antelación y el tema ya está en boca de todos los socios. El nuevo presidente siempre sale del grupo de cuatro vicepresidentes que tiene la entidad. Uno de ellos es el catedrático Antón Costas, pero él representa al mundo académico y no entra en las quinielas. Los otros tres son Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell; Artur Carulla, consejero delegado de Agrolimen, y Salvador Alemany, consejero de Abertis.Oliu ya ha renunciado a suceder a Lara, de forma que el nuevo presidente será Carulla o Alemany. Según me dicen, ninguno de los dos ha tomado la decisión de dar un paso al frente. Carulla es un importante empresario familiar, con lo que se repetiría el modelo de Lara. En el caso de Alemany es un alto ejecutivo del grupo La Caixa y el ejemplo a seguir sería el de la presidencia de Antoni Brufau, anterior a la de Lara.Cualquiera de los dos puede desempeñar el cargo de presidente, pero creo que Alemany parte con la ventaja de conocer a la perfección el campo donde el Círculo va a librar la próxima batalla: la ejecución de infraestructuras ya planificadas. Durante siete años, Cataluña debe recibir del Estado inversiones para compensar el déficit viario, ferroviario y aeroportuario que ha acumulado durante quince años y eso debe estar controlado por la administración autonómica, pero también por la sociedad civil.Dicen que cuando Michael Jordan era un novato y entró en el proceso de selección de la NBA, el dueño de Portland Trail Blazers no lo eligió porque su equipo necesitaba un pivot. Alguien le dijo que pusiera a Jordan de pivot, pero hizo caso omiso y cedió al jugador al Chicago Bulls, donde Jordan ganó seis campeonatos. Alemany, que es un amante del baloncesto, se mueve en la cancha de las infraestructuras como nadie y eso hay que aprovecharlo.