El aficionado al fútbol ha bautizado los fichajes que está realizando el Real Madrid en su nueva etapa, como "los fichajes de Florentino" y ha tomado partido a favor o en contra, manifestando sus opiniones en toda clase de foros y debates. La pasión que levanta el fútbol y el impacto mediático que produce genera toda clase de tensiones que normalmente suelen estar ausentes de un análisis serio y razonado del tema de que se trate. Es evidente que, como toda decisión, tiene aspectos fuertes y débiles porque no hay una decisión perfecta que satisfaga a todos. Veámoslo desde distintos ángulos, a partir de los cuales se pueda valorar la política de fichajes llamados popularmente "de Florentino". Desde el punto de vista del entorno económico que estamos viviendo, las críticas son las más duras. ¿Cómo es posible que en plena crisis económica se puedan manejar estas cantidades desorbitadas de dinero cuando hay personas que no tienen dinero para comer? Aunque se manejan cantidades que sólo con nombrarlas sonrojan, en este caso no se debe caer en la demagogia fácil y barata. El fútbol es pasión, ilusión, espectáculo de masas y precisamente por eso, se puede convertir también, si se gestiona adecuadamente, en una máquina de generar valor económico añadido que acaba revirtiendo al conjunto de la sociedad, siempre que haya detrás un proyecto que mantenga viva la ilusión entre los aficionados, que es el verdadero motor que pone en marcha el proceso. La inversión en un jugador mediático de alto nivel presenta dos vertientes a considerar: la estratégica y la económica. Desde el punto de vista estratégico, Florentino Pérez estaba obligado a hacer estos fichajes porque era lo que esperaba la afición y los socios del Madrid. Le pedían que recuperara el prestigio del Real Madrid en el mundo y ofreciera a sus aficionados la oportunidad de admirar a los mejores jugadores del mundo. Por esta razón y no por otra aclamaron la llegada de Florentino Pérez a la presidencia. En pocos días, gracias a los fichajes de Kaká y Cristiano Ronaldo el aficionado ha recuperado el buen humor y el optimismo, se ha hablado del Madrid en todo el mundo y están deseando verle jugar en los cinco continentes. Por lo que respecta a la vertiente económica y deportiva de estos fichajes cabe considerar varias facetas. La primera, que el equipo necesite a estos jugadores. La segunda, que es de la que más se habla, el incremento de la venta de camisetas, el merchandising, y sus derivados. La tercera, el impulso positivo que se va a producir en la aportación de los patrocinadores, el incremento de la publicidad, el alquiler de palcos y entradas vip, el aforo del estadio lleno cada partido, el incremento futuro de los derechos audiovisuales, la cotización del equipo, la vertiente económica del impacto mediático en todo el mundo, y por supuesto, los éxitos deportivos que se alcancen. Hay que dar espectáculo y a la vez ganar títulos. Ambas cosas parecen más factibles con jugadores de ese nivel si se es capaz de conjuntarlos en un equipo ganador. ¿De dónde saca el Madrid tanto dinero? se preguntan los críticos y especialmente los más envidiosos. Resulta fácil responder: de la credibilidad y solvencia que les merece a los Bancos, en primer lugar, el proyecto económico y deportivo que se inicia; en segundo lugar Florentino Pérez; y en tercer lugar, la marca del Real Madrid en España y en el mundo entero. Ahora le corresponde al equipo directivo que ha formado Florentino Pérez gestionar esa credibilidad de manera transparente y eficaz, tomar decisiones coherentes y consolidar esa confianza que se le ha otorgado a él y a su proyecto. La credibilidad y la confianza se pueden perder con gran rapidez si no se dirige con ideas claras adónde se quiere ir, si falla la coherencia en el comportamiento de los dirigentes y en las decisiones a tomar, y si no se sabe comunicar, es decir, trasladar al aficionado en general y a los seguidores y socios del Real Madrid en particular, el alcance del proyecto y la capacidad para llevarlo a la práctica. Y todo ello con un estilo que dignifique al mundo del fútbol y potencie los valores clásicos del deporte en una sociedad que necesita de manera urgente recuperar el valor del esfuerzo y de la responsabilidad como criterios básicos de conducta.