El problema de la vivienda en España sigue agravándose. Especialmente las rentas bajas tienen muy difícil encontrar alojamiento. Ante esta situación, la patronal de las inmobiliarias ha lanzado una propuesta alternativa: un plan de fomento del alquiler garantizado. En nuestro país se calcula que hay unos tres millones de viviendas sin habitar. Aparte de las destinadas al asueto, se estima que estas casas permanecen vacías porque los propietarios se sienten desprotegidos ante la ley en caso de impago. Así que las inmobiliarias han visto una oportunidad de negocio que puede contribuir a paliar el problema. Ofrecerán contratos de arrendamiento especiales en los que se incluirá abogados, arbitraje en caso de conflicto con los inquilinos y un seguro que llegará a cubrir hasta 12 meses de alquiler. Los representantes de las inmobiliarias piensan que así podrían alquilarse hasta un millón de pisos en 5 años. Esta iniciativa contrasta con el escaso éxito obtenido por los planes del Gobierno y las comunidades autónomas, donde ha habido duplicidad de esfuerzos. Las ayudas para el alquiler sólo han llegado a 50.000 familias en dos años. Y la Sociedad Pública de Alquiler ha gestionado la pobre cifra de 2.000 viviendas. Todavía está por ver el alcance de esta propuesta, pero la idea tiene sentido. El aumento de la oferta puede reducir los precios de los arrendamientos, y más gente puede encontrar atractivo alquilar en vez de comprar. El hecho de que esté gestionado por empresas garantiza, además, una mayor eficiencia. Se antoja un ejemplo de cómo el sector privado podría ayudar a solventar mejor un problema. El Gobierno debe prestar su apoyo. Quizás se encuentre con una ayuda inesperada.