El plan de Sanidad de centralizar la compra de material sanitario para luchar contra el virus sorprende desde su mismo diseño. Resulta difícil de entender que se confiara tan ingente misión a un organismo de tan escasa capacidad como el Ingesa (el heredero del desaparecido Insalud). Resulta obvio que la nueva tarea desbordaba con creces las tareas que Ingesa realiza habitualmente (proveer la atención pública en Ceuta y Melilla). Pero su nuevo cometido se convierte en imposible si se considera que en ningún momento se buscó la coordinación o asesoramiento de las autonomías, que tienen transferidas estas competencias desde hace años. Con una gestión así, Sanidad no puede estar a la altura de una emergencia como la que se ha planteado.