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Satisfacción en el Real Madrid: "Mourinho sí que goleó en el Clásico del señorío"
En el Real Madrid hubo un Clásico que sí se ganó: "el del señorío y la vuelta a los valores tradicionales de la casa blanca". El comportamiento de Mourinho y de sus jugadores sorprendió gratamente en un club que considera que el técnico ha cambiado definitivamente hasta amoldarse al buen camino del respeto y el señorío.
Fuentes del Real Madrid consultadas por EcoDiario.es insisten en remarcar la felicidad que existe en el seno del conjunto blanco por lo vivido en sábado en el ámbito de la cordialidad y la tranquilidad y señalan a Florentino Pérez como uno de los principales artífices de esa paz, amén del esfuerzo realizado por los jugadores españoles y por el propio Mourinho.
El luso acaparó las miradas en tres casos concretos: el saludo a Guardiola, el saludo a Tito Vilanova y su reacción post-partido.
En el primer caso, Mourinho buscó a Pep en el túnel de vestuarios y le extendió la mano para, más tarde, susurrarle palabras al oído que no han trascendido más allá del "me deseó suerte", que confesó el culé tras el choque. El gesto de ambos nada tenía que ver con la tensión vivida en la Supercopa de España.
Aquel saludo en el Bernabéu llegó después de los episodios de la Champions que tanta tensión generó, más si cabe cuando Guardiola llamó a su rival "el puto amo" y éste le respondió afirmando que le daría "vergüenza" ganar una Champions como la primera que sumó el español en sus vitrinas.
Mourinho esperó a ver si Tito Vilanova aparecía por el área técnica, pero el protagonista de su 'dedazo' retrasó su salida al campo. Por eso, ya con el partido terminado, 'The Special One' se acercó al banquillo, lo buscó y lo saludó deseándole "que se recupere cuanto antes". Vilanova aceptó el gesto. Asunto zanjado.
El tercer punto de satisfacción es el de su reacción en la sala de prensa, cuando no protagonizó ninguna salida de tono. Sólo su mención reiterada a la "suerte" del Barça provocó algo de sorpresa, aunque "Mourinho siempre será Mourinho", comentan desde la zona noble del Bernabéu, esto es: el luso siempre tendrá acidez en sus declaraciones, aunque en esta ocasión, nada tengan que ver episodios pasados.
El camino hacia la tranquilidad y la normalidad lo completaron Florentino Pérez y los futbolistas. El primero tendió la mano a su amigo Sandro Rosell tras un verano cargado de tensiones. Los contactos funcionaron y todo volvió a la cordialidad del pasado.
Además, los futbolistas españoles del Real Madrid y el Barça trataron de calmar los ánimos durante el partido y en cuanto cualquier atisbo de pique emergía, eran ellos los que separaban a sus compañeros. Así ocurrió con Valdés, Puyol, Piqué y Keita o con Ramos, Xabi y Marcelo.