Iberia tendrá que esperar ocho años para poder renovar su flota más cara
Si la compañía presidida por Fernando Conte comprara hoy mismo un 787 Dreamliner al gigante norteamericano Boeing no lo podría recibir hasta el año 2017. Si por el contrario quisiera optar por el nuevo producto estrella de su rival europeo Airbus, el A350, tendría que esperar hasta 2016.
La razón de esta exagerada lista de espera es el cada vez mayor número de pedidos de ambos programas. Sobre todo en el caso del avión de Boeing que, de momento, se está convirtiendo en el más rentable de toda la historia de la aviación comercial. Desde que el proyecto se lanzara en abril de 2004, ya ha conseguido más de ochocientos pedidos de medio centenar de clientes. Además, una posible entrega del pedido para Iberia podría posponerse aún más si se tiene en cuenta que el programa Dreamliner ha anunciado un nuevo retraso que pospondrá hasta comienzos del próximo año la entrega del primer 787 a una aerolínea.
En el caso del A350, el retraso se debe a otras causas. El avión ya ha conseguido más de trescientos pedidos pero su puesta de largo no será posible hasta 2010... eso si no se produce también otro retraso.
Tranquilidad en Iberia
La exagerada lista de espera no parece preocupar a la aerolínea a juzgar por las declaraciones de su presidente, Fernando Conte, la semana pasada. El primer ejecutivo de Iberia aseguraba que el 2008 iba a ser un año de reflexión para decidir cual sería el avión que liderada la nueva flota de largo alcance.
¿Tiene Iberia cubiertas las necesidades de aviones de gran capacidad hasta el año 2017? Si aumenta sus planes de expansión, no lo parece. El consejo de administración de la aerolínea aprobó en la primavera del año pasado la compra de tres A340-600 y una opción de otros tres. El primer pedido fue realizado en agosto, según datos de Airbus. Este tipo de aviones, que no están teniendo mucho éxito comercial, no tienen los problemas de lista de espera que el 787 y el A350.
El problema es que no parece que en el futuro Iberia siga suministrando sólo A340-600 a su flota de largo alcance. Entonces ¿qué as se guarda en la manga la compañía para lograr recibir los aviones antes?. Fuentes de la industria aeronáutica explican a elEconomista que existen varias alternativas.
La primera de ellas consiste en comprar los aviones a una empresa especializada en leasing y no directamente a Airbus o Boeing. Se trata de compañías como ILFC, que adquieren grandes cantidades de aviones para colocarlos después en el mercado del alquiler. El problema de esta elección es que suele ser más cara que pujar directamente por un avión negociando con el fabricante aeronáutico. Y, conociendo la trayectoria de Iberia en este tipo de negociaciones, no les gusta pagar más por lo mismo.
Una segunda alternativa podría ser ejercitar una opción de compra de alguna aerolínea que haya cambiado de opinión. Cuando las compañías aéreas compran aviones a veces dividen la operación en dos. Por un lado, realizan un pedido en firme y, por otro, se comprometen a unas opciones de compra pagando una señal al fabricante aeronáutico. En ocasiones, cuando tienen que ejercitar estas opciones de compra se dan cuenta que no necesitan los aviones y se las intentan traspasar a otras aerolíneas.
Esta opción sería más creíble ya que el precio de compra se puede seguir negociando con Airbus y Boeing. A Iberia siempre les queda la alternativa de seguir adquiriendo A340-600 hasta que lleguen los A350 o 787 pero sería un paso atrás en los planes de renovación del grupo.