Las pedaladas de Orbea: cómo pasó de fabricar armas a exportar bicicletas
- La empresa tiene 400 tiendas propias y dispone de dos filiales en EEUU y Australia
La que hoy es una multinacional fabricante de bicicletas tiene sus orígenes en 1859 como tienda familiar de armas (Orbea Hermanos), fundada en Éibar por los hermanos Juan Manuel, Mateo, Casimiro y Petra Orbea Murua.
En 1897 la empresa comenzó a sufrir sus primeros cambios cuando los hijos de los fundadores, Jacinto, Valentín y Juan, crearon la sociedad Orbea y Compañía. El nuevo negocio tenía como objetivo ser un referente en la producción de armas, utilizando la mejor tecnología de la época.
Los continuos problemas entre hermanos y la crisis del sector de las armas durante la Guerra Civil española provocó en 1926 la división de la entidad, creándose dos negocios diferentes: Orbea y Compañía, situada en Éibar, que renovó su imagen por la fabricación de bicicletas y, la otra, Hijos de Orbea Sociedad en Comandita, ubicada en Vitoria (Álava), dedicada a la producción de cartuchería.
La fábrica eibarresa profundizó en el producto de la bicicleta y en 1975 abandonó sus instalaciones, y se instaló en Mallavia, municipio que aún concentra la actual sede central de la empresa vizcaína.
Éxito a dos ruedas
La reestructuración del negocio le permitió aumentar su mercado y le situó como una de las marcas internacionales de bicicleta más importantes. Esta expansión, que inició en 1998, ha permitido que la empresa esté hoy presente en 57 países y cerca del 65% de sus productos sean exportados al extranjero. Además, la marca tiene planta de fabricación en China (para todo el mercado asiático y americano) y en Portugal y España (para los comercios europeos).
Todas las tiendas son propias pero hay países donde esto no es posible, así que se introducen en esos mercados a través de filiales. En concreto, la empresa española posee un 80% del de su filial norteamericana y más de la mitad en Australia.
Reducción de tiendas
La multinacional vizcaína alcanzó el millar de tiendas en todo el mundo en 2000, pero los directivos decidieron reducir el número de comercios a 400 para ampliar las ventas y diseñar modelos más ajustados al futuro cliente.
El actual director general, Jon Fernández, explica que este cambio se debe a que "en estos momentos nuestro principal objetivo en Orbea es llegar de la mejor manera al usuario: ofrecerle un buen asesoramiento en la compra, el mejor producto y un distinto servicio posventa", y añade que "no buscamos la cantidad sino la calidad", es decir, "no nos interesa estar en tantos establecimientos sino cumplir los objetivos de nuestra empresa y estar cerca del cliente".
Por otra parte, Jon Fernández nos asegura que otro aspecto que identifica a la entidad es su afán de innovar en todas las áreas donde tiene presencia (producto, empresa, gestión de usuarios, distribución e identidad de marca). "Deseamos ofrecer al usuario siempre el mejor producto y para ello tenemos que trabajar en innovación", dice Fernández. El carácter innovador se justifica en sus materiales únicos y exclusivos que "nos presentan como una apuesta segura y diferente dentro de las marcas que están en el mercado".
Ser diferentes y destacar en un mercado tan competitivo es difícil, pero Orbea ha conseguido posicionarse como una de las marcas internacionales más importantes del sector de bicicletas, frente a grandes líderes como Trek, Specialized, Giant, Pinarello... "Estamos en mercados globales y ser pequeños incrementa esa fuerza", afirma el director general. "Somos ambiciosos por competir con los grandes monstruos".
Atender las necesidades
¿Cuál es el principal valor de la entidad? Cada una de las áreas de la empresa está enfocada a cubrir las necesidades de los amantes de la bicicleta en su tiempo libre. Así, la empresa tiene un perfil muy definido: deportista profesional o usuario habitual de este ejercicio. "Siempre intentamos ofrecer al usuario soluciones ajustadas a sus actividades", dice Fernández.
En definitiva, la empresa pretende seguir posicionándose como marca global del sector, continuar innovando y sorprendiendo al cliente con nuevos productos, que identifican la identidad de la marca.