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Miles de pasajeros vivieron en Barajas su noche más larga
Las últimos cifras que se manejan en el aeropuerto madrileño hablan de unos 280 vuelos cancelados ayer, 52 desviados a otros aeropuertos y decenas de retrasos.
Las compañías tratan de reorganizar sus programaciones y "reabsorber" a los que viajeros que se han quedado en tierra, pero están encontrando muchas dificultades, ya que tienen aviones y tripulantes fuera de base y personal que ha excedido su tiempo de trabajo.
Por ello, centenares de pasajeros andan hoy desorientados por Barajas en busca de puertas de embarque, que "cambian continuamente" o nueva información sobre su viaje, ya que las pantallas "no aclaran apenas", porque tienen vuelos de ayer y de hoy, "otros no aparecen y la mayoría citan una nueva hora para más información".
Muchos de estos viajeros han pasado la noche en la terminal, como un grupo de trece mexicanos a los que esperan en El Cairo, donde ofrecerán un concierto, ya que son miembros de la orquesta sinfónica de la Universidad de Guanajuato.
Su vuelo procedente de México iba a aterrizar en Barajas a las 12.30 de ayer, pero no llegaron a Madrid hasta las 22.00, porque el avión fue desviado a Santiago de Compostela, por lo que perdieron el vuelo a El Cairo.
"Hemos pasado toda la noche aquí, dormitando" relataron, ya que dijeron que, aunque tenían "derecho a un hotel" estuvieron cinco horas en la cola de atención al cliente y "cuando llegamos eran las seis. Ya no lo necesitábamos".
Si todo sale según lo previsto llegarán a El Cairo esta tarde en un avión de Egypt Air.
Los que consiguieron hotel tampoco se han ahorrado horas de espera en la terminal, como un matrimonio mexicano y sus tres hijos, que viajaban ayer a México y fueron alojados en un establecimiento cercano a Barajas.
"Pero a las seis de la mañana hemos regresado para ponernos en una cola y confirmar el nuevo vuelo, ya que estamos en stand-by", señalaron.
Sentado en el carro y sin apenas poder abrir los ojos, tras "llevar ocho horas en esta cola", estaba hoy el malagueño José Abel, que llegó a embarcar ayer en un avión a Estocolmo, del que le bajaron tres horas después "por el cierre del aeropuerto".
Entonces empezó "una peregrinación interminable", ya que aseguró que estuvo seis horas esperando las maletas y cuatro en una cola del mostrador de venta de billetes, desde donde le dijeron que se fuera a la de atención al cliente, a la que llegó a las dos de la madrugada y donde hoy "permanecía sin alcanzar su meta a las diez".
También expresaron hoy su desconcierto dos jóvenes checos, que llegaron ayer de Praga con la intención de volar a Cuba.
"Parece como si el lema aquí fuera: no tenemos información", dijeron, mientras explicaban que tenían unos pasajes en lista de espera para el vuelo de hoy, pero "en las pantallas no pone a que hora sale el avión, ni la puerta de embarque".
Esta mañana, las pantallas de información al viajero seguían reflejando retrasos generalizados.
El aeropuerto opera hoy sólo en dos de sus pistas para garantizar su plena operatividad y limpieza y de los 985 vuelos programados se han operado ya más de 200.