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La empresa de juegos Devir apuesta por Argentina y se afianza en Latinoamérica
En una entrevista con Efe, el director general de marketing a nivel mundial del grupo, el barcelonés Joaquim Dorca, ha destacado que la apuesta por Argentina redobla la presencia de esta multinacional en el mercado latinoamericano, donde en el sector de juegos de cartas vende el doble que en Europa y donde el negocio de juegos de mesa tiene un recorrido al alza.
"En Argentina tendremos que reconstruir todo el mercado de juego de mesa, porque, aunque hay afición, en el juego de mesa familiar está todo por hacer", ha afirmado Dorca, que prevé que el grupo facture este año, sólo en el mercado español, en torno a 10 millones de euros.
Devir, que comercializa juegos de mesa de gran popularidad como Catan o Carcassone pero que también produce juegos propios, fue fundado en 1987 y tiene presencia en Brasil, Portugal, España, Estados Unidos, Chile, México, Italia, y Colombia.
La compañía tiene actualmente 250 juegos en catálogo y saca más de 50 novedades al año, de los que unos 400.000 se venden anualmente en España.
Según Dorca, los juegos de mesa no se olvidan, ni pasan de moda, y atribuye el aumento de ventas de estos productos a que "la gente está harta de tecnología y ahora tiene ganas de encontrar excusas para dejar de estar hiperconectada".
Dorca, que antes de CMO (director de marketing) del grupo empresarial a nivel internacional fue el responsable de la firma en España, defiende que los juegos de mesa "dan la oportunidad de desconectar", pero el crecimiento de esta actividad se debe también -subraya- a que "los juegos contemporáneos son muy distintos a los de antes".
El secreto de los juegos de mesa modernos, como 'Catan' -con más de 25 millones vendidos en el mundo- y 'Carcassone', radica en que están "bien construidos y explicados", y que las partidas, de menos de una hora, son siempre distintas, algo que permite que los jugadores mantengan la atención hasta el último minuto.
Este tipo de juegos obligan al jugador a diseñar una estrategia y tomar decisiones, algo que "prepara para la vida desde muy joven", afirma Dorca, que asegura que Silicon Valley o Wall Street "están llenos de jugadores".
"A principios de la década de 2000, todo el mundo se preguntaba qué pasaría con el juguete, con el juego de mesa, porque por Navidad, estos regalos se habían sustituido por un móvil, pero ahora ya no tiene ninguna gracia regalarlos, porque es una herramienta de trabajo", según Dorca.
El responsable de Devir asegura que "los juegos de mesa son un compromiso de personas para hacer algo en común", una cosa que formas de ocio tecnológicas, como los videojuegos, no tienen.
Dorca argumenta que la posibilidad de conciliar trabajo y familia en los países del norte de Europa facilita "que los padres pasen más tiempo con los hijos" y, así, puedan compartir más actividades como los juegos de mesa.
"Hay una tendencia a creer que en los países del sur pasamos más rato en la calle, en las plazas, pero la realidad es que en España llegamos a casa a las ocho de la tarde y no podemos pasar tiempo con la familia", asegura Dorca.
Entre los retos para el futuro, Dorca destaca la creación de juegos propios, "porque la propiedad intelectual es algo que puede dar consistencia a la compañía a largo plazo".
Según el directivo, del total del catálogo de juegos de la empresa, un 12 % son inventos propios, y entre las novedades representan un 20%.
Una de las novedades propias de Devir es 'Pícnic', el primero de una serie de juegos que "se pueden jugar rápido, en 10 minutos, se lleva en el bolsillo y puede participar todo el mundo", y además se encuentra en una franja de precio -10 euros- inferior a la habitual.
Otra novedad es 'El monstruo de colores', un juego "pionero" porque va dirigido a niños de preescolar, que ayudará a los padres a "hablar sobre emociones" y cuya salida al mercado, en octubre, será simultáneamente en castellano, catalán, inglés, francés, alemán, portugués, italiano y, probablemente, chino.
Dorca augura que el mundo del juego de mesa "caminará cada vez más" hacia la adaptación de los juegos para personas con diversidad funcional o intelectual.