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Roger Mateos rescata uno de los casos "más atroces" del tardofranquismo



    Barcelona, 8 may (EFE).- El de Cipriano Martos es uno de los casos "más atroces" y de mayor "crueldad" del tardofranquismo, ya que este militante antifranquista murió, tras 21 días de agonía, después de supuestamente beber ácido sulfúrico en un interrogatorio repleto de torturas en el cuartel de la Guardia Civil de Reus.

    ¿Se suicidó, como indicó la versión oficiosa que circuló tras su muerte, o lo asesinaron? Ese es uno de los interrogantes que quedan abiertos en el libro del periodista de la Agencia Efe Roger Mateos, "Caso Cipriano Martos" (Anagrama), que reconstruye a partir de documentación varia y unos cincuenta testimonios la vida de este militante del PCE(M-L) y del FRAP.

    Martos fue ingresado en el Hospital de Sant Joan, en Reus (Tarragona), tras más de 50 horas de interrogatorio -ha explicado hoy Mateos en declaraciones a la prensa-, las autoridades no avisaron siquiera a su familia del grave estado en el que se encontraba ni, posteriormente, de su entierro en una fosa común.

    Contrasta este "silenciado" caso con las manifestaciones callejeras y los pronunciamientos del mundo de la cultura que suscitó el del anarquista Salvador Puig Antich, ejecutado a garrote vil en fechas próximas a la muerte de Martos.

    Este "silencio clamoroso", ha considerado el autor del libro, se puede explicar en parte por ser un "caso extremadamente incómodo" para las autoridades, ya que Martos ingirió el ácido en las dependencias de la Guardia Civil.

    "El libro no pretende ir a buscar al héroe, sino a la víctima", ha indicado Mateos, que ha explicado así que ha intentado huir de la mitificación del protagonista del libro y, en cambio, ha buscado que el lector empatice con un Martos brutalmente torturado por las autoridades, más allá del rechazo que puedan generar su militancia o sus postulados ideológicos.

    Y es que Martos nació pobre en Huétor Tájar (Granada), y se trasladó a vivir a Sabadell (Barcelona) junto a su hermano Antonio.

    Éste, que también ha participado en el coloquio informativo, ha relatado que, de un día para otro, Cipriano "comenzó a llegar tarde por la noche": "No te metas en fortalezas que no puedas derribar", le advertía Antonio a su hermano, intuyendo que estaba metido de lleno en la lucha antifranquista.

    Así, las noches que Martos llegaba a altas horas de la madrugada a casa fueron cada vez más frecuentes, hasta que este antifranquista, durante los últimos cinco meses de su vida, cortó todo contacto con sus seres queridos: "Ni siquiera vino a mi boda porque no tuve manera de avisarle", ha recordado hoy su hermano.

    Cipriano Martos murió en el hospital, custodiado por dos guardias civiles que no dejaron ni siquiera verle a su madre ni a sus hermanos, advertidos por un guardia municipal de su granadino pueblo, de que su hijo había sufrido un "accidente laboral".

    Mateos confía en que la publicación de este libro sirva para que no "se pase página" de "hechos monstruosos" como el que relata esta obra, y apunta que, aunque en 1977 se aprobó la Ley de Amnistía, ello no implica que no se puedan esclarecer episodios como éstos: "En ninguna parte dice que esta Ley de Amnistía deba de ser también de amnesia".

    Antonio pudo declarar en los juzgados de Sabadell (Barcelona) sobre el caso de su hermano, ya que él mismo está integrado en la causa contra los crímenes del franquismo de la juez argentina María Servini.

    Ansía ahora que la causa judicial avance y que este libro sirva para "abrir el secreto" sobre este "crimen injusto".