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La economía crece el 0,9 % entre abril y julio apoyada en el consumo privado
A pesar de la desaceleración de la inversión en bienes de equipo y de las exportaciones, así como del estancamiento del consumo público, el PIB ha avanzado entre abril y julio apoyado en el mayor gasto de las familias y en la creación de empleo, que ha aumentado al mismo ritmo que la economía en el segundo trimestre.
En comparación interanual el empleo ha acelerado su ritmo de crecimiento en tres décimas, al aumentar un 2,8 %, lo que suponen 480.000 nuevos puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en el último año.
La economía ha crecido en términos anuales un 3,1 %, de los que 2,4 puntos porcentuales -un décima más que en el trimestre precedente- fueron aportados por la demanda nacional (consumo e inversión) y 0,7 puntos provinieron de la demanda externa (exportaciones e importaciones).
En rueda de prensa, el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha destacado que la demanda externa suma ya cinco trimestres de contribución positiva al PIB, lo que no se había producido en la economía española en anteriores etapas de crecimiento y refleja un modelo más sostenible y equilibrado.
Asimismo, ha avanzado que a la vista de los últimos datos la previsión del Gobierno de que la economía crezca un 3 % este año se antoja muy prudente, por lo que se revisará al alza dentro del cuadro macroeconómico que acompañará a los Presupuestos Generales del Estado de 2018.
De Guindos ha explicado que ya se ha recuperado el nivel de riqueza previo a la crisis pero que sigue sin alcanzarse el de empleo, un objetivo que el Gobierno espera lograr a finales de 2019 con 20 millones de ocupados.
La creación de empleo es lo que en mayor medida está tirando del consumo de las familias, que en el segundo trimestre ha aumentado tres décimas, hasta el 0,7 %, mientras que la inversión se desaceleró 1,3 puntos, al crecer el 0,8 %.
Esto se ha debido al frenazo de la inversión en bienes de equipo, cuyo crecimiento bajó del 3,5 al 0,5 %, lo que De Guindos ha considerado normal dentro de la volatilidad habitual de este componente, mientras que la inversión en construcción ha seguido creciendo al mismo ritmo, el 1,1 %.
Las exportaciones crecieron el 0,7 %, después de que en el trimestre precedente lo hicieran al 3 %, una ralentización que se ha producido en el comercio de bienes, no así en el de servicios, y que fue compensada por la caída del 0,2 % de las importaciones que un trimestre antes estaban creciendo al 3,1 %.
Desde el punto de vista de la oferta todos los sectores han hecho contribuciones positivas al crecimiento trimestral -salvo por el retroceso de la agricultura-, con mayores avances de la industria y los servicios y una ralentización de la construcción.
El empleo ha crecido a mayor ritmo en todas las ramas de actividad respecto a un año antes, mientras ha disminuido ligeramente la tasa anual de productividad aparente por puesto de trabajo equivalente, si bien la productividad sube cuando se compara por hora efectivamente trabajada.
El avance anual de la economía a precios corrientes fue del 3,4 %, lo que sitúa en el 0,3 % el deflactor implícito del PIB, que recoge el efecto de la inflación.
Frente a un deflactor de la economía del 0,3 % el coste laboral unitario cayó el 0,4 % anual, debido a la caída de una décima de la remuneración media por asalariado, tras aumentar el número de asalariados y crecer menos su remuneración total.
Por su parte, el margen empresarial (excedente bruto de explotación) ha moderado su crecimiento anual al 3,6 %.
UGT ha destacado que el crecimiento económico no está sirviendo para paliar la pobreza y la desigualdad, mientras que CEOE ha considerado que el avance de la economía es equilibrado y las expectativas de que así siga son buenas.