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Píñar se viste de Neandhertal para cazar turistas
Píñar regresa hoy a su pasado en busca de futuro y lo hace con la XIII edición de su fiesta troglodita, una oportunidad para regresar a la prehistoria y promocionar en "taparrabos" uno de sus principales atractivos turísticos, la Cueva de las Ventanas que sirvió de hogar a sus vecinos hace 30.000 años.
Vestidos como un protagonista más de "Los Picapiedra", vecinos y visitantes se enfrentan a la ardua tarea de volverse cavernícola y crear su propio fuego con la única ayuda de dos palitos, que los atajos de un mechero no sirven. Al menos hoy.
De los atuendos que marcan los cánones prehistóricos no se libra nadie, como ha explicado a Efe la concejal de Cultura, Carmen Giménez, que como el resto de miembros de la corporación municipal sustituye la ropa protocolaria por los trapitos Neandhertales.
Varios cientos de niños se ha afanado esta mañana para lograr su fuego, pero también para construir flechas y azagayas con las que poder cazar su propia comida, aunque en el aperitivo prehistórico el Ayuntamiento ha incluido algún que otro anacronismo para facilitar las cosas.
Los chavales han aprendido además a hacer abalorios y adornos prehistóricos, todo lo necesario para lucir a la moda Neandhertal por si algún compañero los inmortaliza en las pinturas rupestres que también se han enseñado esta mañana.
Una charanga ha recorrido las calles del municipio para conducir hasta el pasado a vecinos y visitantes que, en su tren turístico decorado pero muy poco prehistórico, han podido conocer su objetivo troglodita a imitar, el día a día de los antepasados que habitaron su Cueva de las Ventanas.
El menú para reponer fuerzas se paga hoy con "europiedras" y ofrece los platos cocinados como antaño, salvo alguna trampa tecnológica, por los bares y restaurantes del municipio que se suman a un concurso gastronómico que exige tirar de recetario troglodita.
La fiesta continuará toda la tarde y terminará con una gran barbacoa con la que rememorar las comilonas del pasado y abierta a todo el público con un único requisito: "hay que venir vestido como marca el protocolo prehistórico y no hay excusas, que hasta se alquilan y venden trajes para el que quiera disfrutar", explica Giménez.
Para abrir apetito, el Ayuntamiento celebra sus particulares olimpiadas, un enfrentamiento de destrezas como tiro con azagaya o elaboración de fuego frota que te frota que sustituye a la guerra de clanes que se ha celebrado en años anteriores.
La Cueva de las Ventanas está catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC) y Monumento natural de Andalucía y gran parte de su recorrido tiene la accesibilidad acondicionada para cualquier tipo de visitante.
Y así, a lo Neandhertal, Píñar promociona los valores del municipio y su Cueva de las Ventanas, uno de sus ejes turísticos y que visitan cada año más de 30.000 personas.